Hoy en nuestra sección de pruebas venimos a hablaros de un tipo de coche que, pese a las apuestas por los SUV y/o los vehículos electrificados, sigue teniendo muchísimo sentido en el mercado. Probamos una berlina familiar de alta calidad, que además lleva un motor diésel bajo su capó. Os presento al BMW Serie 3 Touring en su versión 320d.
A día de hoy sigue habiendo espacio para este tipo de vehículos. No a todo el mundo le gusta la carrocería de estilo todocamino, ni tampoco todo el mundo necesita esa mayor altura. El espacio interior, la capacidad del maletero y el mejor rodar en prácticamente todo tipo de circunstancias hacen que este familiar sea un producto más que recomendable. Los rivales del Serie 3 Touring siguen siendo el A4 Avant de Audi, el Clase C Estate de Mercedes y el V60 de Volvo.
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Elegante, familiar y deportivo
La parte frontal de este BMW «ranchera» calca a la carrocería berlina. Así, tenemos una gran parrilla activa de doble riñón con bordes cromados, apareciendo a los lados los elegantes faros de LED (opcionalmente láser LED). Gracias al paquete M Sport recibimos una estética más dinámica, principalmente por la forma del paragolpes. En cualquier caso, no pierde ni una pizca de su elegancia.
Este BMW Serie 3 Touring, conocido internamente con el código G21, deriva directamente del Serie 3 berlina, con código G20. Como en la gran mayoría de familiares, la parte delantera es idéntica a la de su hermano de cuatro puertas.
Si pasamos al lateral, lógicamente la mitad trasera de su silueta cambia completamente. El techo se extiende mucho más y finaliza en el portón del maletero. De todos modos, me gustaría destacar la fuerte línea de tensión en la zona baja de la aleta delantera y las puertas, así como la elegante línea de