El Gran Premio de Bélgica de 2021 ya es por derecho propio el mayor ridículo de la historia reciente de la Fórmula 1, superando a aquella carrera de Indianápolis en 2005 en la que tan solo salieron seis coches. Sin una imagen tan potente como aquella, lo que la FIA ha pergeñado en Spa es aún más lamentable.
Después de casi cuatro horas de esperas y retraso, la FIA decidió sacar los monoplazas a pista para que diesen dos vueltas detrás del coche de seguridad y poder repartir al menos la mitad de los puntos, pero ni siquiera eso lo hicieron ver. Una chapuza por la que, una vez más, no parece que vaya a haber dimisiones.
Masi sigue demostrando que le falta la enjundia de Whiting para arbitrar la Fórmula 1
El debate sobre si las condiciones eran o no las idóneas para correr en Spa-Francorchamps tiene mucho matices de los que hablaremos más adelante, pero lo que es indiscutible es que la gestión de la FIA fue deplorable. Empezando por las conversaciones por radio con los equipos, en las que nadie sabía muy bien qué iba a pasar.
En Motorpasión
Max Verstappen gana la pantomima de Spa: cuatro horas para la carrera más corta de la historia de la Fórmula 1