El CO₂ y agua que emiten los vehículos por el tubo de escape durante su vida se envía a la atmósfera y se trata de una cantidad significativa de emisiones de gases invernadero que van directamente al medio ambiente. Pero, ¿y si se pudiese hacer algo para aprovechar estas emisiones?
Tres miembros de la Universidad de Texas A&M han realizado una investigación para adaptar la energía desperdiciada en el escape de un automóvil para capturar, concentrar, almacenar y entregar CO₂ líquido y agua para sistemas agrícolas y alimentarios.
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Un sistema de almacenaje de CO₂
Según el estudio, los motores de combustión interna desperdician el 30 % de la energía térmica en los gases de escape. Un vehículo de pasajeros básico emite aproximadamente 4,6 toneladas de CO₂ y 21.000 litros de agua al año al medio ambiente, emisiones que podrían reutilizarse para un uso agrícola.
Se trata de una investigación sobre el diseño y evaluación de un sistema integrado ensamblado al vehículo sin penalización energética donde se llevará a cabo una secuencia de procesos, enfriamiento, calentamiento, transferencia de masa y compresión, mientras se conduce.
Gracias a este sistema, las emisiones de los