El BMW Z8 está considerado uno de los BMW más bellos de todos los tiempos. Posiblemente sea el diseño más bonito de los últimos 25 años de la historia de la marca. Este homenaje al BMW 507 de los años 50, en clave moderna, es hoy un coche fuertemente apreciado en el mercado de la segunda mano y podríamos considerarlo prohibitivo para cualquier bolsillo de a pie. Lo que BMW nunca hizo en su momento fue lanzar una versión coupé del BMW Z8, como sí hizo, por ejemplo, con los BMW Z3 y BMW Z4. Para solucionar ese «problema», entra en escena Smit Vehicle Engineering.
Este pequeño especialista estadounidense parte de la base de un BMW Z4 Coupé de primera generación – el E86, si queréis el código interno de BMW – y crea una especie de BMW Z8 Coupé, de proporciones armónicas, diseño muy cuidado y mecánica de altos vuelos. La transformación de la carrocería es extensa y profunda: todos sus paneles son nuevos y están construidos en fibra de carbono. Los clásicos riñones de BMW adornan su frontal, al igual que unos faros carenados y unas elegantes rejillas laterales. Eso sí, no es tan estilizado como el frontal de un BMW Z8.
Este coupé mide 4,35 metros de longitud. Es más corto que un Opel Astra.
Las líneas del frontal fluyen con gracia hacia la zaga, no sin antes dejar ver un techo esculpido, de líneas orgánicas. La caída del techo es suave y grácil, incluso coqueta. La zaga es redondeada y tiene dos colas de escape redondeadas como guinda del pastel. Como os habréis fijado, no hay un solo logotipo de BMW en todo el coche. Y es que Smit Vehicle Engineering no tiene afiliación alguna con BMW, y por tanto, no está autorizada a emplear el logotipo de la