El Gran Premio de Rusia fue uno de esos que queda durante muchos años en la mente de los aficionados a la Fórmula 1. La carrera ya estaba siendo muy interesante en seco, pero comenzó a llover en el momento más delicado posible: cuando solo quedaban seis vueltas para el final. Las radios echaban humo.
Había que tomar una decisión estratégica crucial para el devenir de la carrera: poner los neumáticos de lluvia o aguantar con los de seco hasta el final. La comunicación por radio entre los pilotos y sus equipos fue clave, y allí vimos de todo, desde la autoridad que le dio la victoria a Mercedes hasta el caos de McLaren.
Norris, Pérez y Leclerc fueron los más rebeldes y perdieron sus resultados
Si echamos mano a la clasificación previa y posterior a la lluvia está claro que hubo un equipo que fue el gran ganador: Mercedes. Pasó de tener a Lewis Hamilton en la segunda posición y a Valtteri Bottas en la decimocuarta a ganar la carrera con el campeón y lograr una oportunísima quinta plaza con Bottas.
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