El Schulz 190E City no es sólo el Volkswagen Golf GTI que Mercedes nunca se atrevió a fabricar, sino también el que nunca quiso que se fabricase. Un rara avis que se anticiparía más de veinte años a la llegada del Clase C Sportcoupe y que de no ser por su elevado precio y controvertido diseño, bien podría haberse se convertido en el hot hatch definitivo de los 90 con sus seis cilindros de 160 CV y propulsión trasera.
Recordemos que en el año 1982 Mercedes amplió su oferta por la parte baja con la llegada del 190, conocido internamente como W201. Un sedán del segmento D para rivalizar principalmente con la Serie 3 de BMW y que por sus reducidas dimensiones respecto a sus hermanos de gama se ganó el sobrenombre de Baby Benz.
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El 190 City tenía todos los ingredientes para ser un hot hatch definitivo
Se cuenta que por aquel entonces los directivos de Stuttgart barajaron la idea de lanzar un compacto con la base mecánica del 190, una gran idea teniendo en cuenta que alternativas como el Volkswagen Golf y Alfa Romeo 33 campaban a sus anchas, pero que quedó descartada para no empañar el prestigio de una marca asociada a grandes berlinas de lujo que ya había hecho una gran concesión con el 190.
Así pues, a comienzos de los 90 Eberhard Schulz de Schulz Tunning, quien ya contaba con cierta experiencia modificando modelos de BMW y Mercedes, además de haber pasado un tiempo en Porsche, presentó el 190 E City, también conocido como 190 Compact, y según algunos, con la intención de «vender» el proyecto a los de la estrella.
Tal y como puede verse, se trata de un compacto directamente derivado del Baby Benz, fruto de eliminar la parte posterior del sedán a