¿Y si las carreteras estuviesen hechas de plástico? Una empresa británica, MacRebur, utiliza plásticos procedentes de restos municipales para fabricar un nuevo betún con el que poder asfaltar las carreteras. Ya ha llevado su producto a carreteras de Reino Unido, Australia, Sudáfrica, Dubai o Estonia.
Con cada kilómetro de carretera fabricada con su betún, aseguran que se utiliza el peso equivalente de 740.541 bolsas de plástico de un solo uso. Y, una tonelada de mezcla MacRebur, contiene el equivalente a 80.000 botellas de plástico.
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La clave es mezclar el plástico para formar un betún
El proceso comienza con la previa selección de plásticos procedentes de los restos municipales que, de otro modo, terminarían en incineradoras o directamente enterrados en basureros.
Esos plásticos, junto con un “activador” que la compañía no ha mostrado, formarán un líquido oleoso y pegajoso, un betún, que junto al mineral apropiado formarán el asfalto.
Por lo que no se trata de enterrar material plástico por debajo del asfalto para quitarlo de en medio, sino que al mezclarlo se forma un asfalto ecológico, eliminando parte del betún requerido.