El coche es, después de la vivienda, normalmente el bien más caro que suele tener en propiedad una vivienda. Sobre todo a raíz de la crisis económica, el vehículo se ha utilizado por las administraciones o bancos para saldar deudas pendientes por multas, impuestos o el pago del propio coche. Si ocurre esto el coche se considera embargado.
Aunque parezca mentira, la Ley permite vender un coche con deudas pendientes asociadas o que forme parte de un embargo, por lo que nos podemos encontrar en la situación de comprar un coche de segunda mano que tenga estas circunstancias, ¿qué podemos hacer?
Lo primero, cubrirse las espaldas
En la compra de un coche de segunda mano, previamente a la firma del contrato y la entrega del dinero, es recomendable saber si ese coche tiene asociada algún tipo de deuda pendiente.
La DGT expide entre otros informes, uno de cargas del vehículo. Este informe incluye datos básicos de identificación del vehículo, así como información sobre las cargas o limitaciones de disposición que pudieran constar en el Registro de vehículos para el vehículo consultado y afectar, como es este caso, a un cambio de titularidad. Este trámite es muy sencillo y tiene un coste de 8,59 €.
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