Dejad que os cuente una triste pero bonita historia, y la cual tiene como protagonista al incombustible Audi RS2, aunque no tal y como lo recordamos. Y es que si debemos reconocer uno de los mayores méritos de Audi es el de haber puesto en juego a ese maridaje que tanto nos gusta a los petrolhead más prácticos: los familiares deportivos. Sin embargo, la casa de los cuatro aros se ensimismo en guardar como mejor pudo uno de sus mayores secretos acerca del padre de este ilustre segmento, el Audi RS2, variante que tuvo una versión berlina de la cual tan solo se produjeron cuatro unidades en el mundo.
La historia se remonta a una clandestina reunión en la sede de Audi de los 90, donde se propuso crear lo que en principio iba a ser un prototipo. Bajo la batuta de Ferdinand Piëch, el equipo de Audi Sport cogió todo lo necesario para cumplir con el mandato y concebir a la variante berlina del Audi RS2, tarea relativamente sencilla al contar ya en su haber con dos ingredientes fundamentales: el Audi S2 y el RS2 Avant.
El secreto mejor guardado de Audi: un RS2 berlina del que solo existen cuatro ejemplares
Y es que tras la colaboración con Porsche para concebir al que prometía ser uno de los primeros familiares de altas prestaciones, Audi recolectó todos los ingredientes para crear al que estaba destinado a convertirse en una de las berlinas más rápidas de la historia. Para su gestación tomaron prestado un Audi S2 convencional pero aplicando las modificaciones oportunas previamente heredadas del RS2 Avant.
En las entrañas del prototipo se asentaba el mismo propulsor, un cinco cilindros de 2.2 litros sobrealimentado por turbo confeccionado para erogar la friolera de 315 CV y 410 Nm de par. El 0 a 100 lo firmaba