El número de gigafactorías en Europa no para de crecer: se espera que para 2030 haya un total de 30 en funcionamiento, con una capacidad de producción que aumentará por 10 en solo cuatro años.
Pero el crecimiento descontrolado de la esfera del coche eléctrico (sobre todo en China, donde hay una enorme burbuja de start-up) ha impulsado la necesidad de crear una normativa que regule el fin de la vida útil de las baterías, como ha hecho EEUU y la UE, y de instalaciones de reciclado más allá del papel.
La dificultad de recuperar las materias primas
Si bien alcanzar un proceso de producción circular ayudaría a reducir los riesgos de suministro de materias primas, dentro de la UE el volumen de metales recuperados que se utilizan en la fabricación de baterías es actualmente bajo.
Fuente: Greenleiter.
Solo el 12 % de aluminio, el 22 % de cobalto, el 8 % de manganeso y el 16 % de níquel que se utilizan en Europa se reciclan. Pero está habiendo un ‘boom’ en cuanto a plantas de reciclaje se refiere y ante la necesidad de Europa de tener su propia industria de reciclado.
Uno de los mayores proyectos es el que está llevando a cabo en la UE es el de la australiana Neometals, que junto al gigante SMS Group quiere levantar una gran planta para este menester.
Un proceso bautizado como «Primobius» promete el reciclaje efectivo de las