BMW fue una de las primeras firmas, incluso fuera de las premium, en darse cuenta de que la electrificación era el futuro. Para dar respuesta a la demanda de coches a batería crearon la submarca «i» y pusieron a la venta dos vehículos muy especiales: los i3 e i8. Cierto es que su volumen de ventas no ha sido el esperado pero su repercusión mediática sí. Sobre todo porque les ha servido para dar forma a su tecnología y llegar a un nuevo nicho de clientes.
Con todo, la época de las «locuras» ha pasado y ya están lanzando modelos más «normales». El primero de ellos fue el iX3 pero tras él llegarán muchos más. Uno de los más esperados, por la importancia que tiene y lo que supone para su imagen es el BMW i4. De ahí que, para celebrar el inicio de su ciclo vital, sus responsables hayan organizado una fiesta en la fábrica encargada de su montaje. Pero, además, no es la única razón para tanta alegría y alboroto. Veréis.
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La producción del BMW i4 ha supuesto una inversión de 200 millones de euros en Múnich…
A diferencia de otros modelos, el BMW i4 será ensamblado en Europa. La razón para tal distinción está en que representa un escalón superior, sobre todo en tecnología. El cliente que compra un producto de este tipo quiere que su calidad sea máxima y los responsables de la Bayerische no quieren arriesgar. Por tanto, para dar sentido a este deseo, han ejecutado una inversión de 200 millones de euros en la planta de Múnich.
Esta cifra ha sido destinada para actualizar las líneas de montaje y robots disponibles. Pero los trabajos para ello no han sido fáciles, pues se trata de una fábrica con casi 100 años de historia. En todo caso, tienen importantes planes