Esta semana hemos tenido la oportunidad de probar un vehículo muy especial: el XEV Yoyo. Como puedes ver en las imágenes, algunas personas podrían confundirlo con un coche eléctrico tipo Smart Fortwo, lo que no iría muy desencaminado si no fuese porque en realidad no es un coche.
Si eres de los que se pregunta qué narices es el permiso B1 que todos llevamos vacío el carnet de conducir, estás ante la clase de transporte que te permitiría manejarlo: un cuadriciclo pesado. Aunque tranquilo que con el permiso B de toda la vida también se puede.
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Nada igual en el mercado de turismos
Queremos que tengas claro esto, porque esta condición le otorga una serie de ventajas y desventajas muy extremas. Tanto es así, que es imposible encontrarlas entre los turismos a los que estamos acostumbrados, sean eléctricos o no. Ahora verás por qué.
A juzgar por sus proporciones, puede parecerse a un Fortwo, pero es incluso más compacto: 16 cm menor tanto en altura como en anchura. Así que los problemas de aparcamiento serán todavía menores. Sin embargo, es en la báscula donde más se nota la diferencia, porque el XEV Yoyo pesa solamente 522 kg (450 kg sin batería).
Para que te hagas una idea, algunos de los turismos más ligeros del mercado son el Suzuki Swift y el Kia Picanto, con 940 kg y 974 kg respectivamente. Y si nos vamos a un coche eléctrico biplaza para buscar mayor igualdad de condiciones, solo tiene como rival el ya mencionado ForTwo con 1.095 kg. Ahora el Smart no parece tan pequeño, ¿verdad?
¿Puede el XEV Yoyo competir con coches?
Partiendo de esta base, está claro que no va a ofrecer lo mismo que un coche que le dobla el peso. ¿O sí? Vamos al grano, porque entre sus múltiples diferencias con un coche, hay dos