El Opel Grandland es un modelo que aterrizó en el mercado allá por el año 2017, presentándose como una opción bastante atractiva para competir con duros rivales como el popular Peugeot 3008, el Renault Kadjar o el Hyudai Tucson entre muchos otros.
Desde entonces, han salido de las plantas de producción de Opel un total de 287.000 unidades vendidas a lo largo de estos cuatro años, una cifra bastante buena que Opel quiere elevar con nuestro protagonista de hoy, el renovado Opel Grandland.
Sustentado sobre la misma plataforma que su predecesor, este nuevo SUV del segmento C, cuenta con unas cotas de 4,47 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,60 metros de alto, exactamente, las mismas medidas que el modelo prerestyling que será sustituido.
Moderno y estilizado
Sin duda, la gran novedad del nuevo Grandland es su diseño. Un diseño protagonizado por la nueva cara de la marca el Opel Vizor y por las líneas rectas, que le dan un aspecto muy agradable a la vista, enfatizando su anchura y dándole una imagen más contundente y musculosa.
Estrenando el Night Vision
Además, sumado al Vizor y a su nuevo paragolpes, también estrena una iluminación realmente avanzada, pudiendo equipar los faros LED Pixel Matrix con 84 diodos LED por faro y el sistema Night Vision (por primera vez en Opel), que a través de una cámara de infrarrojos frontal, puede detectar personas o animales a 100 metros por delante del coche gracias a la diferencia de temperatura con el entorno.
En su lateral, la gran novedad son sus nuevas llantas de aleación bitono en 19 pulgadas que le dan un plus de deportividad que sienta verdaderamente bien a este nuevo lavado de cara, que también luce nueva zaga. Una zaga que monta unos pilotos LED más afilados, un nuevo paragolpes trasero y en la que el lettering ha sido centralizado en el centro del portón.
Un interior muy digitalizado
Una vez dentro, el nuevo Grandland nos transmitió una gran sensación de calidad, con materiales agradables al tacto y buenos ajustes. Pero sin irnos más por las ramas, el gran protagonista del habitáculo del nuevo SUV es el Opel Pure Panel digital con displays disponibles en 10 y 12 pulgadas para su pantalla central.
Desde esta pantalla, podemos observar multitud de datos relativos al vehículo como el modo de conducción seleccionado, la navegación, temperaturas, etc. Otro gran acierto por parte de Opel ha sido haber mantenido el selector de la climatización físico, ahorrándonos tener que navegar por infinitos menús y apartando la vista de la carretera para subir o bajar la temperatura.
La gama del nuevo Grandland se compone de tres acabados: el Bussiness Editión, el GS Line, y por último, la versión Ultimate. Ya en el acabado de acceso, el Grandland cuenta con un gran equipamiento de serie en el que destacamos sus llantas de aleación en 17 pulgadas, el Opel Pure Panel, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara trasera, sensor de lluvia, luces EcoLED o la posibilidad de equipar con un coste adicional la cámara panorámica 360 grados, navegador o el asistente de integración de carretera entre otros.
Hora de ponerse en marcha
Llega el momento de ponerse a los mandos del nuevo Grandland, concretamente de la versión Hybrid4 de 300 CV, 520 Nm de par motor y tecnología híbrida enchufable que le permiten recorrer hasta 66 kilómetros de autonomía en modo totalmente eléctrico.
Lo primero que notamos al sentarnos en la unidad de pruebas equipada con el acabado Ultimate, fue la comodidad de sus asientos con certificación AGR, que además de ser ventilados y calefactados ofrecían un nivel de confort muy alto. También, cabe destacar la entrega de la potencia bastante gradual y muy consistente y la suavidad de su cambio automático.
Su comportamiento realizando una conducción deportiva, era bastante agradable, con una suspensión bastante firme y una dirección que pese a ser bastante poco comunicativa, nos permitía llevar allá dónde pusiésemos el punto de mira al Grandland. También pudimos probar que la autonomía homologada del motor eléctrico era bastante fiel a los consumos que pudimos realizar con una conducción tranquila y sin abusar del acelerador.
Opel, también nos ofreció la posibilidad de probar la versión de gasolina de 130 CV con cambio manual y 230 Nm de par motor, que nos dejó un buen sabor de boca aunque sin destacar en nada, con una entrega de potencia suficiente para el día a dia, un buen confort de marcha y unos consumos bastante ajustados.
Además de estas dos motorizaciones, la oferta mecánica del nuevo Grandland también incluye una opción con tecnología híbrida enchufable de 225 CV, 360 Nm de par motor y hasta 61 kilómetros de autonomía en modo totalmente eléctrico (Hybrid FWD), una opción gasolina con el mismo motor de gasolina 1.2 turboalimentado de 130 CV que probamos, pero asociada a una transmisión automática de ocho velocidades y una versión diésel de 130 CV y 300 Nm de par motor.
Como no podía ser de otra manera, el apartado de seguridad del nuevo Grandland recoge un largo listado de sistemas de ayuda a la conducción, en el que destacamos el reconocimiento de señales avanzado, el control de crucero adaptativo, la alerta de ángulo muerto y de colisión trasera, el freno de emergencia automático con detección de peatones, la alerta de somnolencia y los sistemas de asistencia al aparcamiento, además del ya mencionado asistente de integración en carretera Night Vision.
Precios y entregas
Una vez dicho todo esto, llega el momento de hablar del precio y de la llegada a los concesionarios. Y es que el precio del nuevo Grandland comienza desde 23.600 euros para la versión de motor térmico y desde 34.600 euros para la versión híbrida enchufable incluyendo las ayudas del Plan Moves III.
Desde Opel, nos han confirmado que las primeras unidades que estarán disponibles para su comercialización comenzarán a llegar a partir de febrero del próximo año 2022, por lo que sólo queda esperar unos pocos meses para poder ver a este renovado y gran SUV dando guerra por nuestras calles.