En estos momentos, son muchos los coches compactos que cuentan con una versión deportiva, sin embargo el Volkswagen Golf es el único que ofrece dos versiones diferentes del concepto Hot Hatch. Por ello hoy en Diariomotor te proponemos que nos acompañes durante un gran dilema, una prueba donde 3 probadores enfrantamos a los nuevos Golf R y GTI Clubsport frente a frente. No es una comparativa más, es un análisis donde iremos más allá de las cifras y los prejuicios para quedarnos únicamente con las sensaciones tras un buen atracón de curvas.
La opinión de David Clavero
Confieso que llegué a este duelo con una gran incertidumbre, pues mientras por un lado no esperaba grandes diferencias, por otro lado algo me hacía presagiar que en los matices encontraría distinciones abismales. Y lo cierto es que esta comparativa se confirmó como un cúmulo de pequeñas diferencias que sacan a relucir qué tipo de petrolhead eres, qué entiendes por deportividad y sobre todo, qué sensaciones buscas tras la denominación Hot Hatch.
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Voy a mojarme desde el principio. Con mi dinero, yo me compraría el Golf R. Jamás lo habría dicho con anteriores generaciones, pero en esta octava iteración sí, y la clave está en cómo Volkswagen ha concebido el eje trasero de este R. Hay grandes semejanzas entre GTI Clubsport y R, cierto, pero a la hora de llevar al límite estos coches cada uno consigue brillar a su manera.
A nivel de propulsión, motor y cambio los sentí prácticamente idénticos. Los 20 CV extra del R apenas se perciben. El DSG de 7 relaciones aguanta bien las exigencias y en ambos coches se nota un mejor trabajo con respecto a sus antecesores, eso sí, en el R disfrutamos de unas levas mucho mejor resueltas en diseño y tacto. Y