La DGT sigue incidiendo en la importancia de abrocharse el cinturón de seguridad -más allá de las multas- mientras se viaja en un vehículo, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Un gesto que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
De hecho, un choque no solo implica el impacto de un vehículo contra otro objeto o ser vivo: se producen tres tipos de colisiones, y una de ellas es la responsable de las heridas.
Y ojo a los objetos sueltos en el habitáculo
Según recuerda la DGT, en el momento de un siniestro vial, los ocupantes de un vehículo sufren tres colisiones en el mismo choque:
Una primera, en la que el vehículo impacta con otro objeto, bien sea vehículo, objeto estacionario, ser humano o animal.
Una segunda colisión entre el ocupante que no va sujeto y el interior del vehículo, como puede ser el golpe contra el volante cuando se trata de un choque frontal de un conductor no sujeto por cinturón de seguridad.
Una tercera colisión, que se produce cuando los órganos internos del cuerpo golpean contra la pared torácica o la estructura ósea. Por ejemplo, si, además del impacto del tórax contra el volante, se produce el impacto de la cabeza contra alguna estructura interna del vehículo (espejo retrovisor, parabrisas, marco metálico de separación de parabrisas y ventanilla, etc.).