La mayoría de los automóviles nuevos equipa sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS). Millones de conductores ya los disfrutan en sus coches, que pueden frenar, acelerar, mantener la distancia con el vehículo que les precede, mantenerse o cambiar de carril, por sí mismos. Es una tendencia al alza que se verá respaldada porque la Unión Europea exigirá que los coches nuevos equipen de serie algunas de estas tecnologías a partir de julio de 2022.
Pero estos sistemas, y su uso por parte del público, tienen algunos aspectos a mejorar, como ha alertado la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y numerosos estudios. Superar esos retos es clave para seguir avanzando hacia la conducción autónoma de nivel 5. Carglass, compañía líder en España en reparación y sustitución de lunas de vehículos, analiza los grandes desafíos a los que se enfrentan los sistemas ADAS.
1. Limitaciones de “visión”
La FIA ya alertó que la precisión del funcionamiento de los sistemas ADAS aún no es del todo satisfactoria. Hay demasiadas ocasiones en las que el asistente no se comporta como se espera y esto afecta a la confianza por parte de los usuarios finales.
La American Automobile Association (AAA) ha concluido en un estudio que el funcionamiento de algunos de estos sistemas se ve afectado negativamente por la lluvia y, en menor medida, la suciedad en el parabrisas. En términos de rendimiento de mantenimiento de carril, el 69% de las pruebas realizadas con lluvia simulada dieron como resultado que el vehículo cruzó las líneas y se salió del carril. En cuanto a la frenada de emergencia, el 17% de las pruebas con lluvia simulada a 40 km/h, y el 33% de las pruebas a 56 km/h, dieron como resultado una colisión.
Los sensores de los ADAS (cámaras, radar, sensores de ultrasonidos y sensores láser LIDAR) también tienen