Mercedes-Benz está inmersa en un cambio de paradigma, pasando de ser considerada la marca que inventó el motor de combustión interna a abrazar casi sin remordimientos la era del coche eléctrico. Mercedes operó otra pequeña revolución interna en el pasado. Una que nos muestra hasta qué punto es difícil cambiar de estrategia y salirse del camino ya trazado para las grandes empresas de esta industria. Hace 40 años, Mercedes presentó al mundo el Mercedes-Benz 190 E. Por primera vez de su historia, la marca bajaba de gama.
En noviembre de 1982, Mercedes se atreve con algo inusual para la marca: una berlina compacta. Bueno, compacta según la terminología de la marca, claro. El Mercedes 190 E, o W201, como se le conoce en interno, es el coche más pequeño hasta la fecha de la marca de la estrella. Es el precursor del actual Mercedes Clase C y el que abrió el camino para el Clase A, demostrando a la marca que no pasaba nada si fabricaban coches más pequeños.
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Cuando llega a los concesionarios de la marca, el Mercedes 190 E completa una gama compuesta por el predecesor del Clase E, el Mercedes W123, y la referencia, el patrón por el que se miden el resto de coches de la industria, el Clase S (W126), así como