Poder disfrutar de un coche pasional, ya sea un deportivo, un descapotable, una berlina o un SUV de prestigio implica un elevado desembolso si lo queremos nuevo. Y es cuando la depreciación del coche puede ser nuestra aliada.
Si te da igual no conducir el último modelo, puedes hacerte con modelos que cuestan hoy el 10 o el 20 % de lo que valían nuevos. Son auténticas gangas, ideales para darse el gustazo y venderlas pasado un año.
Sí, algunos de esos modelos en el mercado de segunda mano tiene la fama de ser una bomba de relojería en cuanto a mantenimiento. Un fallo electrónico y de repente el coche divertido se convierte en devorador de cuenta bancaria. No tiene porque ser el caso si se controlan los puntos flacos y el mantenimiento del coche que miramos antes de comprarlo.
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Pero no se trata aquí de comprar un coche para toda la vida, o quizá sí. Un coche pasional, por definición, no responde a una necesidad racional. Hay otras opciones en el mercado de segunda mano que tienen fama de ser más fiables, pero también más aburridos.
En el caso de un coche pasional o aspiracional, nuestro consejo es comprar con el corazón, claro que un poco de razón no viene mal para poder dar el salto con confianza y que el sueño no se convierta en