Del último informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) se desprende un importante dato: las ventas de coches eléctricos alcanzaron los 6,6 millones de unidades en 2021 a nivel global, más del triple que en 2019.
Pero este crecimiento viene acompañado de complejos retos en la cadena de suministro que incluyen enormes subidas de precio en materiales clave como el acero, el aluminio o el cobre, y en los principales ingredientes para las baterías. De hecho, se espera una posible escasez de litio y cobalto a partir de 2025.
El precio del carbonato de litio subió un 150 % el año pasado
Según los datos de la IEA, en 2021 se produjo un aumento del precio de los principales materiales usados en la industria automotriz, afectando tanto a la fabricación de vehículos de combustión como eléctricos:
Acero: +100 %
Aluminio: +70 %
Cobre +33 %
Carbonato de litio: +150 %
Grafito: + 15 %
Níquel: +25 %
Curiosamente, esta subida de precios no ha afectado al precio de las baterías, explica la agencia, que se han mantenido estables desde 2020. Según datos de Bloomberg, fue el año pasado cuando los precios de las baterías llegaron a caer hasta su punto más bajo, alcanzando los 118 dólares por kWh (105 euros).
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