El Range Rover es uno de esos coches que son considerados icónicos. Es un todoterreno de lujo tan emblemático que el nombre de su fabricante ha sido eclipsado por el suyo propio. No se habla de un Land Rover Range Rover, no; es un Range Rover, a secas. Con eso, nuestro interlocutor ya sabe de qué coche hablamos.
Si bien inicialmente, al hablar de un Range Rover venían a la mente imágenes de una mansión en la campiña inglesa y gente vestida con chaquetas Barbour y una manada de perros de caza a sus pies, ya no es el caso. El Range Rover supo imponerse más allá de ese manido cliché para brillar con luz propia. Tanto que ha generado toda una gama de derivados que aprovechan el sello Range Rover.
Una buena parte de su éxito se debe a su acertado concepto, iniciado en 1970, en el que Rover dotó a su nuevo modelo de las capacidades off-road de su eterno Defender con el confort y el lujo de una berlina de gama alta inglesa. El Range Rover e impuso rápidamente como un coche de lujo. Que fuese un excelente todoterreno era la guinda sobre el pastel para algunos de sus clientes.
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El primer Range Rover llegó al mercado en 1970. Ajeno al paso del tiempo, sólo experimentó un profundo rediseño en 1994 (la serie