El Alpine A110 es un coupé biplaza con motor central que combina los principios atemporales de peso ligero, agilidad y rendimiento, manteniéndose fiel al espíritu de sus predecesores y en particular del A110 ‘Berlinette’, modelo en el que se ha inspirado esta nueva versión. Como buen Alpine que se precie, se construye en la mítica planta de Dieppe, una factoría que, hasta la llegada del Renault Megane RS de cuarta generación, que se ensambla en Palencia (España), era un centro de producción únicamente dedicado a la fabricación de los exclusivos modelo deportivos de Renault Sport. Después de casi cinco años en el mercado, por fin, lo hemos probado. Te lo contamos a continuación.
Muy fiel al originial
Su diseño está directamente inspirado en el primer Alpine, el A110 ‘Berlinette’ lanzado al mercado en 1961. En la parte delantera, las cuatro luces de día de LED independientes y el morro con nervadura central recuerdan claramente el ADN de Alpine. En la zaga, las luces LED compactas con forma de ‘X’ con intermitentes dinámicos otorgan un look moderno al vehículo, mientras que la luneta trasera envolvente nos recuerda a los primeros Alpine. Además, también en la parte trasera, encontramos un fondo plano integral y un difusor funcional.
El difusor, dotado de aletas, genera una zona de baja presión que asienta el coche cuando el bastidor reduce el arrastre. Esto hace que el A110 sea el único en su categoría en alcanzar una velocidad punta de 250 km/h sin necesidad de alerón. Asimismo, las entradas de aire del paragolpes delantero crean cortinas de aire que limitan el efecto de vórtice. Estas aperturas mejoran el flujo de aire alrededor de las ruedas delanteras, por lo que se reduce el arrastre. Con un valor de Cx de 0,32, el A110 está entre los mejores del mercado.
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