Ford ha lanzado una edición especial de la Ford Ranger, que va dirigida a aquellos que buscan una pick-up con verdaderas aptitudes off-road, pero sin renunciar a la parte lúdica y a un completo equipamiento.
Hemos probado la Ford Ranger Stormtrack, una versión especial que equipa un motor diesel 2.0 Biturbo EcoBlue con 213 CV y caja de cambios automática de 10 velocidades. Es una pick-up diferente, radical, con unas aptitudes 4×4 fuera de toda duda. En resumen: un vehículo muy diferente con el que disfrutar fuera del asfalto.
Diseño: Exterior que no deja indiferente
La Ranger Stormtrack se puede elegir en tres colores: azul, blanco y el rojo de nuestra unidad de pruebas. Este rojo exclusivo de la edición especial, se complementa a la perfección con partes en color negro, como las franjas en el capó y laterales, espejos retrovisores o las llantas de 18 pulgadas con neumáticos específicos AT (Hankook dynapro atm) con un excelente desempeño en nieve y barro.
La estribera lateral es necesaria para facilitar el acceso a una cabina elevada, destacando también la tapa de la caja trasera, con accionamiento eléctrico.
Por dentro, al interior típico de la Ford Ranger, se suma el acabado en cuero de la parte superior del salpicadero (con pespuntes en rojo), así como unos asientos específicos. En general el interior es amplio en las plazas delanteras y algo menos cómodo en las traseras, como suele ser en las pick-up.
La postura de conducción es elevada, con una excelente visibilidad tanto frontal como lateral, exceptuando el enorme pilar A que puede llegar a molestar en carreteras de curvas. En las plazas traseras dispone de una toma de 220 CV convencional como detalle práctico.
Los materiales interiores y acabados son correctos, destacando el acabado en cuero de la parte superior del salpicadero, aunque el resto de materiales sean plásticos duros. La instrumentación es parcialmente digital, con mucha información en los diferentes menús, que podemos configurar.
Motor y prestaciones: 213 CV con 500 Nm de par motor
El viejo 3.2 diesel que acompañaba a la Wiltrack ha dado lugar a un -más refinado y ecológico-, 2.0 Biturbo que ofrece una potencia de 213 CV.
Este bloque diesel 2.0 Biturbo EcoBlue no destaca precisamente por suavidad, pero es efectivo y su enorme par motor de 500 Nm, se nota en el eje trasero. A nivel prestacional, el viejo 3.2 era más frugal a la hora de acelerar y ganar velocidad, era más radical, el nuevo bloque se ha aburguesado y es más refinado (con ciertos matices).
La caja asociada al motor es de convertidor de par con 10 marchas, pudiendo seleccionar desde un mando en la palanca, la marcha en la que queremos circular (algo básico para ruta off-road con la reductora). No es una caja que sea suave, ni que aporte al conjunto, pero cumple su cometido sin más. Con una caja manual se podría sacar mucho más provecho al motor.
Comportamiento: grande, con inercias y adictiva
Moverse en más de cinco metros de largo y más de 2,2 toneladas, sobre un esquema de suspensiones clásico que recurre a las ballestas en el eje trasero, es todo un reto a la hora de enfilar carreteras con curvas o un puerto de montaña. En este aspecto la Ranger Raptor es mucho más ágil gracias a sus suspensiones.
También es cierto que ahí está la gracia de este modelo, no es fácil de conducir, pero es divertido. Tiene una gran capacidad de aceleración, hay que tener en cuenta que sus frenos no hacen milagros (los traseros de tambor) pero nos recuerda que conducir es algo más que pulsar un botón y esperar que una máquina gire el volante. Su esquema de suspensiones sí está bien pensado para un uso off-road o para carga.
Eso sí, en carretera o autovía, tiene un comportamiento bastante estable -siempre que no sea un puerto de montaña- y un rodar confortable (salvo por el ruido aerodinámico).
Off-Road: imparable
Fuera del asfalto es donde sus características tienen todo el sentido y despliega su potencial. El único pero que podemos añadir a su comportamiento off-road es su tamaño, que dada su longitud es complicado maniobrar en monte cerrado o pistas muy estrechas. Lo demás es simplemente, un comportamiento sobresaliente.
Dispone de tres modos de tracción: 2H, 4H y 4L (con reductora), además de bloqueo trasero y control de descensos. Durante las pruebas que hemos realizado en barro y nieve (avanzando en pistas donde la Ranger Stormtrack abría camino en alturas de más de 20 cm) nunca hemos necesitado conectar el bloqueo trasero, más necesario para un cruce de ejes o una pista muy rota donde se complique el avanzar.
La reductora nos ha permitido avanzar con seguridad en todo tipo de terrenos, e incluso descender en pistas de nieve con hielo, de forma estable y controlada. Desde el mando situado en la palanca de cambios podemos seleccionar la marcha para la reductora, que unida al control de descensos, mantiene bajo controla la Ranger. Tampoco tiene miedo a avanzar en zonas con barro o un cortafuegos rocoso con baja adherencia, la única limitación son sus propias dimensiones.
Los bajos tienen protección metálica tanto en la parte delantera como en el lateral (donde va el depósito de combustible) y lo único que nos puede limitar a la hora de hacer una ruta 4×4, será su largo y las estriberas que pueden llegar a tocar según la inclinación del terreno. La protección supera lo habitual en este segmento y nos da tranquilidad en zonas de piedras.
Actualmente existen muy pocos vehículos nuevos que incorporen tracción total, más reductora, más unos neumáticos específicos para barro/off-road/nieve de serie, algo a tener en cuenta.
Consumo: larga vida al diesel
Mientras las normativas anticontaminación lo permitan, este tipo de vehículos al equipar un motor diesel consiguen unos consumos contenidos o razonablemente contenidos. Este bloque motor usa también AdBlue, y con ello consigue pasar la Euro6.
El consumo en autovía es de 8,5 litros a los 100 km en la prueba habitual entre Madrid > Nigrán > Madrid. Mientras que en conducción en ciudad subiremos hasta los 11 litros a los 100 km, teniendo una media, por tanto, que oscila entre los 9-10 litros a los 100 km según nuestro tipo de conducción.
Equipamiento
Dentro del equipamiento, la Ranger Stormtrack viene bastante completa, destacando el navegador, un buen equipo de sonido, faros full LED o calefacción en los asientos delanteros. Eso sí, el sistema de navegación necesita ser actualizado (sus grafismos y funcionalidades están ampliamente superadas por otros modelos) y los faros full-LED no destacan por una iluminación sobresaliente, más bien, demasiado corto el haz de luz.
A su favor tiene el sistema de sonido, muy correcto para el segmento. También destaca el equipamiento en materia de confort, con el asiento del conductor eléctrico y calefacción en los dos asientos delanteros. Además, la bandeja que cubre la caja trasera tiene accionamiento eléctrico, un detalle práctico.
Opinión y prueba de la Ford Ranger Stormtrack
Las pick-up han tenido una segunda vida, lanzando al mercado modelos interesantes pero están condenadas por las diferentes normativas de contaminación, lo que hace que a día de hoy, un motor diesel de más de 200 CV y reductora sea algo exótico.
Esta Ford Ranger tiene un aspecto exterior muy llamativo, con permiso de la Raptor. Su comportamiento en carretera es equilibrado y fuera de ella es sobresaliente, siendo una interesante opción para aquellos que buscan un todoterreno práctico pero con cierto equipamiento e imagen. Sin lugar a dudas, uno de los vehículos más equilibrados en cuanto a un buen uso off-road y circulación en carretera.
Fotos | Diego G. Moreira