El grupo Stellantis acaba de anunciar que detiene su actividad en la fábrica de Kaluga (Rusia), donde producía vehículos comerciales ligeros de Peugeot, Citroën y Opel, para “garantizar el pleno cumplimiento de todas las sanciones cruzadas y proteger a sus empleados”.
Asimismo, el fabricante -uno de los últimos en abandonar su actividad en Rusia- ha reiterado su condena a la violencia y ha ensalzado su compromiso de “apoyar cualquier acción que permita restablecer la paz”, en una alusión directa a la invasión rusa de Ucrania.
Cambio de rumbo obligado
En la fábrica de Stellantis en Kaluga (situada al oeste de Rusia), donde se ensamblaban furgonetas como las Peugeot Expert, Citroën Jumpy y Opel Vivaro trabajaban 2.700 empleados antes del conflicto desencadenado por Rusia.
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El grupo se estaba preparando para empezar a exportar sus comerciales ligeros ensamblados en Rusia hacia Europa Occidental, pero ya no será posible. Además, en esta factoría coparticipada en un 30 % por Mitsubishi (quien montaba allí los Outlander y Pajero Sport), se estaba estudiando la posibilidad de producir vehículos comerciales para Fiat.
Sin embargo, la presión de las múltiples sanciones de la UE para estrangular