Los Audi RS son los modelos de más altas prestaciones de la firma alemana, desarrollados por Audi Sport. Dentro de esta división deportiva, la versión más radical del A3 es el Audi RS 3, que ha sido renovado hace apenas unos meses. Ya hemos podido probarlo a fondo y, aunque mantiene los 400 CV que rendía en la generación anterior, la sorpresa ha sido mayúscula.
Antes de nada, quería dejar claro que el nuevo Audi RS 3 es uno de los compactos deportivos más efectivos del planeta. De hecho, es el actual hothatch más rápido de Nürburgring, con un tiempo de 7:40. Pero sabéis que es lo mejor, que ahora no sólo es tremendamente efectivo, sino también muy divertido, algo que pocas veces ha ido de la mano en los RS de Audi. Bienvenidos a la prueba del Audi RS 3 Sedán.
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Muy agresivo en su diseño y con unos frenos cerámicos para el uso extremo
No quiero entretenerme demasiado hablando de diseño, aunque hay ciertos aspectos que sí son importantes. Como veis, tenemos detalles específicos como la parrilla, los paragolpes, las aletas, esas taloneras marcadas, las salidas de escape ovaladas o las inscripciones RS 3 que lo diferencian, pero hay cositas más interesantes.
Empezando por el frontal, los faros Matrix LED opcionales generan una coreografía con la inscripción RS 3 y la posterior bandera de cuadros cuando lo abrimos. ¿Es una pijotada? Sí, pero mola. Avanzando hacia el lateral tenemos unas aletas más marcadas con canalizaciones de aire reales. Pero más importante aún es que esta unidad lleva el extra de los frenos cerámicos de 380 mm y pinzas de seis pistones, que soportarán mejor el uso extremo en circuito.
Una curiosidad bastante llamativa es que este Audi RS3 lleva neumáticos más anchos en el eje delantero que en el trasero, cuando los fabricantes