El Skoda Octavia es uno de esos coches que sin ser perfecto en nada, aprueba con una nota correcta en todos los apartados. Ya lo probamos tiempo atrás en su versión TDI de 150 CV, pero para esta ocasión hemos apostado por la carrocería familiar y, sobre todo, por la versión deportiva RS de gasolina con nada menos que 245 CV.
Hay que tener en cuenta que esta cuarta generación del Skoda Octavia RS está disponible por primera vez con tres mecánicas muy distintas. Por un lado tenemos el Octavia RS diésel, que con un 2.0 litros TDI rinde 200 CV. En el lado opuesto aparece este RS de gasolina, la opción más deportiva. Mientras, el punto ecológico llega de la mano del iV RS, la versión híbrida enchufable que también eroga 245 CV de potencia conjunta.
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No te enamorará, pero sí te convencerá
Estéticamente no es ninguna belleza. Como suele ser habitual en Skoda no tiene uno de esos diseños que enamoran y te hacen quedarte totalmente prendido de él de por vida. Sin embargo, tampoco cae en la tentación de ofrecer una estética tan sobrecargada como ocurre últimamente en muchos vehículos, apostando por un estilo conservador. Pero como se suele decir, sobre gustos no hay nada escrito.
Para incrementar esa diferenciación, el Skoda Octavia RS viene con multitud de detalles en negro brillante y detalles específicos para ofrecer un aspecto más deportivo. Podemos destacar los bordes de la parrilla frontal, el labio inferior delantero, los contornos de los antiniebla, las carcasas de los retrovisores, las barras de techo, los bordes de las ventanillas, el difusor posterior, así como las inscripciones de Skoda y Octavia en la retaguardia.
Los logos vRS están presentes tanto en la parrilla delantera como en el portón del maletero.
Esta unidad viene con las llantas de serie en la versión