Opel lanzaba allá por 2017 un nuevo modelo urbano de apariencia crossover. Se trataba del Opel Crossland X, un coche que iba a luchar por encontrarse entre los más vendidos teniendo como rivales al Peugeot 2008 o Citröen C3. Sin embargo, ha sido ahora en 2021 cuando ha recibido un lavado de cara en el que también ha obtenido un cambio de nombre, eliminándose la X final.
En la prueba de hoy estaremos con el Crossland diésel de 110 CV y caja de cambios manual de seis relaciones. El Crossland también ofrece motorizaciones diésel con caja automática de 120 CV, gasolina de 110 CV con caja de cambios manual y 130 CV si escogemos la caja de cambios automática.
Diseño simple pero modernizado
El nuevo Crossland ha recibido una pequeña actualización en su diseño exterior en el que principalmente destaca un rejuvenecido frontal que se asemeja al de sus hermanos Opel Mokka o Grandland.
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En la zona delantera, luce un grupo óptico que ahora es Full LED que queda unido entre sí por una parrilla en negro brillo. El parachoques cuenta con unas inserciones simulando ser entradas de aire en las zonas laterales que le dan un aspecto más deportivo y unas molduras en color plata para darle un aspecto más campero.
Si continuamos hacia el lateral, resalta un ligero nervio curvo en la zona de las puertas, el techo en color negro para darle un mayor contraste y que, en la zona del pilar C, intenta provocar una apariencia de estilo coupé, algo que es fácil de comprobar que no es así. Por otro lado, contamos con unas llantas en 16 pulgadas en negro culpa del acabado GS Line.
Ya en la zaga, vemos unos pilotos que no son full LED lamentablemente. Se trata de un grupo óptico que como ocurre en la zona delantera, queda