Es oficial: el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta para prohibir la venta de vehículos nuevos con motores de combustión a partir de 2035. Ello supone que a partir de esta fecha no podrá comercializarse en la UE ningún turismo o furgoneta que emita gases contaminantes, lo cual no sólo sentencia a los tradicionales gasolina y diésel sino también a los híbridos.
Por tanto, elegir en el futuro la energía que utilizará nuestro próximo coche ya no será un problema: si lo compramos nuevo será eléctrico o de hidrógeno. Eso no quita que dentro de trece años no existan todavía un gran número de automóviles híbridos y de combustión en circulación, pero el aviso y su fecha de caducidad ya están fijados y no se vislumbra una vuelta atrás.
Con un total de 339 votos a favor, 249 en contra y 24 abstenciones, la Eurocámara respalda así las conclusiones de su Comisión de Medio Ambiente y consolida su postura sobre la transición al coche eléctrico.
No obstante, antes de que la propuesta se convierta en normativa comunitaria queda negociar los términos de esta última con cada país miembro. De ese consenso saldrá la ley definitiva, cuya aprobación se espera para este otoño.
La industria tendrá tiempo para adaptarse
La propuesta de Bruselas supone un adelanto de cinco años con respecto a sus intenciones originales, que en un principio estimaban establecer esta prohibición para 2040.
A pesar de haber reducido, en consecuencia, la ventana de tiempo para que los países europeos completen esta transición, la idea de los parlamentarios