En París, en el mes de mayo de 1968, el ambiente estaba caliente, muy caliente, pero no en el ámbito climatológico, sino en el social y político. En aquel mes, que entró en la historia como “el mayo francés”, se desarrollaron violentas protestas estudiantiles y de trabajadores que convirtieron París en un infierno, con coche incendiados y tiendas de lujo asaltadas.
No era, desde luego, el ambiente ideal para organizar un evento, pero Citroën había fijado una fecha para el lanzamiento de su “Dyane 6 Méhari”, nombre que tenía en aquel momento el nuevo coche, y nada iba a poder cambiar esa decisión.
Así, por la mañana, en la estación de París, los periodistas automovilísticos invitados al acto se acomodaron en un tren reservado con destino a la estación de Trouville-Deauville, en Normandía, donde estaba previsto realizar la presentación oficial del nuevo vehículo.
El evento empezó casi al mediodía y presentaba ocho de los cerca de 20 Méhari de preserie (el coche no se homologó hasta el mes de julio), pintados en colores llamativos como un azul eléctrico, un rojo intenso, un turquesa o un inédito gris metalizado, colores que no estarían disponibles en el coche de serie.
Como era habitual en los eventos organizados por Jacques Wolgensinger, director de comunicación de Citroën en esa época, la presentación fue un éxito y la carrera del pequeño “camello de plástico” (el nombre de Méhari procedía del de una raza de camellos de carreras y de combate) comenzó de la mejor manera posible: con una jornada divertida y fuera de cualquier convencionalismo que ofreció a los numerosos periodistas presentes una pausa en la dura realidad parisina y a Citroën un óptimo retorno en términos mediáticos.
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