Llevas un largo tiempo sin utilizar tu coche y no sabes si arrancará cuando se lo pidas. O tienes varios coches (para disfrute o colección) y te apetece tener listo uno de ellos para salir con él. O simplemente, la batería ha dicho basta en pleno trayecto. En todos estos casos, un cargador o arrancador es el mejor de nuestros aliados.
Cuanto más moderno es un coche, más importante es cuidar su sistema eléctrico para evitar averías o falsas alarmas en muchos puntos críticos (desde las luces hasta el encendido). No en pocas ocasiones nos rompemos la cabeza con problemas inexplicables cuyo origen está realmente en la tensión irregular que produce una batería cuando falla.
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Los cargadores actuales están pensados para resultar fáciles de manejar. Se conectan fácilmente a los bornes de la batería (recordemos: primero siempre el positivo, luego el negativo) y se ponen en marcha pulsando apenas uno o dos botones.
Eso sí, antes de ponernos a ello conviene siempre vigilar que la batería no presente grietas ni fugas de líquido ni cualquier otro signo de deterioro. Asimismo, si en algún momento de la carga percibimos ruidos extraños, malos olores o vapores es imperativo interrumpirla de inmediato.
Cómo elegir adecuadamente un cargador de baterías