«Que hablen de mí, aunque sea mal». Aunque en esta historia que vamos a contar, en realidad son los malos quienes hablan con buenas palabras. Y es que en la loca Norteamérica de los años treinta, los gángsters terminaron por convertirse en los mejores vendedores de coches. Concretamente de sus modelos favoritos, los Ford V8.

Tanto fue así, que un buen 10 de abril de 1934 el mismo Henry Ford recibió una breve pero efusiva nota de agradecimiento por haber concebido aquel automóvil. El firmante hablaba con conocimiento de causa, pues ya había conducido hasta sus límites un buen número de ejemplares: se trataba de Clyde Barrow, el integrante masculino de la temible pareja conocida como ‘Bonnie y Clyde’.

La paradoja del villano convertido en héroe

Imágenes de archivo de Bonnie y Clyde (Imagen: Netflix)

Desde el diván del presente resulta difícil comprender cómo pudieron ser tan reconocidos y queridos unos personajes que, al fin y al cabo, llevaban vidas basadas únicamente en el robo de todo lo que tenían a su alcance y el asesinato de quienes intentaron impedírselo. Por ello, comenzaremos con algo de contexto.

En 1934 apenas habían pasado cinco años desde el crack de Wall Street de 1929. La Gran Depresión, por tanto, seguía siendo una cruda realidad para más de la mitad de la población estadounidense, formando a lo largo de todo el país auténticos núcleos de pobreza tanto en pueblos como

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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.

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