La competitividad en el sector del automóvil obliga a las marcas a trabajar muy duro. Fruto de esta «faena» nacen un sin fin de ideas y modelos que tienen como fin último hacernos la vida más fácil. Hasta aquí es obvio, pero si damos un paso más allá y nos metemos en terreno premium descubrimos una lucha encarnizada entre firmas como Audi, BMW o Mercedes-Benz. Eso, sin mencionar a las eternas aspirantes como Acura, Infiniti y Lexus…
El mejor ejemplo de que «destacar más es vender más» lo tenemos en el nuevo BMW Serie 7. El buque insignia de la Bayerische ha supuesto un gran salto adelante respecto a su predecesor. La prueba está en que su gama es una de las más amplias y generosas de su segmento, versión eléctrica i7 incluida. Pues bien, para celebrar que es una de las berlinas de representación más exclusivas e innovadoras anuncian que su producción ya ha arrancado.
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Los BMW Serie 7 e i7 se fabrican en la misma línea productiva de donde salen los Serie 5, Serie 8 y el nuevo iX…
Como bien sabes, porque hemos hablado de ello alguna que otra vez, BMW ha concentrado la producción de algunos modelos en sus fábricas europeas. Para ser exactos aquellos que aportan un mayor valor agregado a los clientes y, de paso, mayores beneficios. Así es que la nueva generación del BMW Serie 7 y su hermano i7 son fabricados en uno de los centros más eficientes y modernos que la Bayerische tiene en el Viejo Continente.
Ambos salen de las líneas de montaje de la fábrica que tienen en Dingolfing. Este centro está ubicado en la zona sur de Baviera y para ponerlo a punto ha ejecutado una inversión superior a los 300 millones de euros. Pero además, los BMW Serie 7 e i7