Las vacaciones de verano que la Fórmula 1 va a comenzar después del Gran Premio de Hungría no van a ser nada relajadas para muchos. Hace un par de semanas la FIA sacó unilateralmente una misiva técnica para la temporada 2023 que tiene soliviantada a más de media parrilla, que está dispuesta a plantarse ante los pasteleos del ente organizador.
Para luchar contra el ‘porpoising’ la FIA pretende cambiar el reglamento técnico por tercera vez, y después de la carrera de Austria estableció que para 2023 sería obligatoria levantar 25 mm el suelo y el difusor del coche, además de endurecer las pruebas técnicas a los vehículos. Y todo parece destinado a rescatar a un equipo que está sufriendo: Mercedes.
Los equipos entienden que las normas para 2023 son un rescate encubierto a Mercedes
Según la nueva misiva técnica de la FIA, será obligatorio que todos los coches levanten en 25 mm los flancos del suelo del coche y el difusor, y además se utilizarán unos sensores muy precisos para medir el ‘porpoising’ y endurecer las pruebas de deflexión lateral del fondo. Lo que Mercedes lleva buscando y pidiendo toda la temporada.
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