Arabia Saudí, el mayor productor de petróleo de la OPEP y del mundo, ha expresado recientemente su aparente incapacidad para aumentar la producción (una medida que relajaría los precios), a pesar de las presiones de EEUU.
Ahora, el Reino Saudí junto a Emiratos Árabes Unidos han asegurado que están listos para ofrecer «un aumento significativo» de la producción, pero únicamente si el mercado se enfrenta a una grave crisis de suministro este invierno.
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Arabia Saudita y los Emiratos tienen juntos una capacidad adicional de producción de hasta 2,7 millones de barriles diarios; sin embargo, fuentes anónimas de Reuters señalan que de momento no harán uso de esa capacidad.
Así, solo se liberaría ese balón de oxígeno en caso de una crisis duradera de suministro durante este invierno, con la escasez de gas ruso en el punto de mira.
Desde que Rusia invadió Ucrania, Arabia Saudí e Irak han desviado la mayor parte de su crudo a Europa (lo hacen por el oleoducto Sumed a través de Egipto) y han intensificado sus exportaciones a China e India, dejando a EEUU más descolgados (parece una especie de castigo por las presiones).