La crisis de los suministros y componentes de la automoción vuelve a afectar de manera notable a la industria del país. Varias son las fábricas de coches en España que han se visto obligadas a recurrir a los ERTES temporales por falta de componentes para poder fabricar. Y las que aún no lo han hecho, se lo están planteando muy seriamente.
El grupo Stellantis ha tenido que parar tres días la producción de coches en Figueruelas, Zaragoza, y en Vigo (dos días), por la falta de microchips. Ford ha hecho lo mismo en Almussafes, Valencia, mientras que Volkswagen ha detenido la producción en su fábrica de Navarra, de donde salen el Volkswagen Polo y el Volkswagen T-Cross, el pasado el pasado 5 de septiembre y volverá a hacerlo el día 9 de septiembre.
En algunos casos, esos paros de varios días se hacen a cuenta de jornadas industriales, es decir, días de libre disposición, mientras que sólo uno o dos corren a cargo de un ERTE.
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Es el caso de la fábrica Ford de Valencia que se detuvo del 31 de agosto al 6 de septiembre, contabilizando un sólo día de ERTE. Pero a cambio ya usando ya todas las jornadas industriales que podían.
Así, Ford podría verse obligada a recurrir a más de un ERTE en lo que queda