El fabricante austriaco KTM ha presentado la última iteración del KTM X-Bow GT-XR, su superdeportivo pensado para la pista de los circuitos. Pero la diferencia de esta variante sobre el resto de ellas es la homologación del vehículo para poder utilizarlo en carretera. Obviamente, se ha trabajado para maximizar sus características en circuito, pero se ha convertido en un coche capaz de moverse en las calles y carreteras convencionales.
Este coche está fabricado con un chasis monocasco fabricado en fibra de carbono y un marco de acero tubular de alta resistencia. Todo esto consigue que el peso del vehículo se mantenga en unos contenidos 1.130 kg. El motor que mueve a este superdeportivo es un bloque de cinco cilindros y 2.5 litros, que es capaz de ofrecer una potencia de 550 CV, que alcanza a los 6.350 rpm y un par máximo de 581 Nm a las 5.500 rpm.
El motor está asociado a una transmisión automática de siete velocidades que envía el torque al eje trasero gracias a un diferencial de deslizamiento limitado. Con estas cifras no sorprende que la aceleración de 0 a 100 km/h se produzca en 3,4 segundos y que su velocidad máxima se establezca en 280 km/h.
Homologado para carretera
Para que este vehículo se pueda utilizar en carretera y las calles de la ciudad, KTM ha habilitado un depósito de combustible de 96 litros, dirección asistida progresiva asistida electrónicamente y, como opción, una elevación hidráulica de 9,5 centímetros para poder moverse por la carretera sin problemas.
La aerodinámica, en cambio, está pensada para la pista. El gran alerón, el difusor trasero y el divisor delantero crean una burbuja aerodinámica que ayuda a mantener el coche en el suelo y permite que se mueva con soltura sobre el asfalto más exigente.
Los frenos están compuestos por bloques de ocho pistones de acero liviano y rotores eléctricos. Además, si el comprador quiere mayor control en el frenado, tiene a su disposición unos frenos de cerámica. La suspensión viene firmada por Sachs y las ruedas con bloque central son una opción para tener un mayor control.
En la cabina encontramos el volante desmontable, un grupo de indicadores digitales, pedales ajustables, un sistema de audio con Bluetooth, iluminación LED, aire acondicionado e incluso una pequeña guantera. El sistema de cámara trasera se ofrece de manera opcional, así que está preparado para el día a día.
Eso sí, el precio de esta variante se sitúa en los 285.000 euros y se prevé fabricar 100 unidades al año.