Estados Unidos es la cuna del motor. Esto es algo que tenemos ya bastante asumido. La gasolina barata y la pasión por la velocidad hacen que el país de las barras y las estrellas nos ofrezca espectáculos redneck muy bizarros. Pero ojo, que en el viejo continente tampoco nos andamos con tonterías.
Hoy vamos a hablar del tractor pulling, o traducido al castellano de a pie: carreras de tractores anfetaminados hasta el extremo tirando de remolques sobre tierra. No serán carreras glamurosas, rápidas y relucientes como las de la Fórmula 1, sino todo lo contrario.
En Motorpasión
Borgward, el camión que tiró de un tren durante dos décadas en la isla de Sylt
Tractor pulling: demostrando poderío agrario
El ser humano es competitivo. Puede que sea un instinto primario el demostrar un mayor poderío, superior al de otros individuos. Y con el acceso a herramientas y tecnologías, los seres humanos hemos ampliado nuestra competitividad.
En el pasado, sin redes sociales, ni Netflix, ni prensa rosa siquiera, uno de los pasatiempos habituales entre granjeros era enfrentar las capacidades de sus caballos. Entonces la tecnología se fue abriendo camino y los caballos de trabajo se sustituyeron por tractores, pero ese espíritu competitivo se mantuvo ahí, y el paso fue lógico hacia una suerte de Gran Premio Rural.
Los orígenes del tractor pulling se remontan a principios del siglo XX, cuando en 1929 se empezaron a organizar las primeras competiciones entre granjeros americanos con el objetivo de demostrar quién tenía el tractor más capaz.