En los albores de los vehículos de combate, encontramos a esta enorme bestia nacida en Francia. Desarrollado durante la I Guerra Mundial, puede ser considerado como un ancestro de los tanques. Aunque nunca se utilizó en combate.
Bautizado como Appareil Boirault, fue diseñado por un ingeniero galo y concebido para sobrepasar las líneas de alambradas, trincheras y zanjas. Por sus características, y su torpeza, se le acuñó el sobrenombre de ‘Diplodocus militaris’.
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La ‘Gran Guerra’ se basó esencialmente en trincheras, donde el avance de la línea era tan lento como complicado. Lodazales y alambradas fueron protagonistas en este conflicto, así como las armas automáticas.
En este contexto, a Louis Boirault se le encendió la bombilla para sortear estos escollos, susceptibles de enconar la guerra durante meses y años. Pero desde un punto de vista práctico, el Appareil Boirault suspendió.
Boirault, siendo su campo el ferrocarril, comenzó a diseñar su máquina poco después de que comenzara el conflicto y lo presentó ante el Gobierno en diciembre de 1914. Tardó apenas un mes en recibir luz verde para construirlo y se ordenó una comisión para evaluarlo.
Básicamente, el