Después de la salida de muchas empresas europeas, Rusia está intentando mantener la fuerza productiva en varios sectores. Entre ellos, la industria de la automoción. Renault ha dejado libre la fábrica que tenía en Moscú, que ha sido rebautizada como Planta de Automóviles Moskvich. En esta planta se ha reactivado la marca Moskvich, que bajo el paraguas de KAMAZ va a comenzar a producir varios modelos destinados al mercado local.
Las ventas de esta marca comenzarán a partir del mes de diciembre y debido a la tardía puesta en marcha de la factoría, esperan ensamblar 600 unidades de aquí a final de año. De estos, 400 vehículos serán con motor de combustión y los 200 siguientes tendrán tren de tracción eléctrico.
Apoyo de China
El arranque de la marca no se realizará en solitario. Al parecer, y según informaciones de Reuters, estará apoyado por la marca china JAC. Gracias a este acuerdo, la marca rusa podrá poner en el mercado el Moskvich 3, un crossover que tiene mucho que ver con el JAC JS4.
Este, al parecer, ha servido de base para el modelo ruso. Si esto es así, el SUV compacto ruso equipará motores de 1.5 y 1.6 litros, con una potencia de hasta 148 CV y un par máximo de 210 Nm. Si sigue la línea de su hermano chino, contará con dos pantallas de 10,25 pulgadas, una para la instrumentación y otra para el sistema de información y entretenimiento.
Por el momento, las piezas llegarán desde China, aunque la compañía rusa asegura que poco a poco irá incrementando las piezas de origen local para no tener una gran dependencia del gigante chino, aunque esto no sucederá hasta el año 2024.
La intención de la marca es ofrecer también una variante eléctrica, que estará fabricada con una batería y un tren de tracción eléctrico fabricada en Rusia. Los planes para 2023 son conseguir llegar hasta las 50.000 unidades ensambladas y llegar a los 100.000 vehículos en el año 2024.
Según el director general de KAMAZ, Sergey Kogogin, la marca quiere lanzar vehículos actuales y responsables con el medio ambiente. El futuro de la marca es incierto, ya que su llegada se ha producido a causa de una situación concreta, la invasión rusa a Ucrania, y el futuro está lleno de incógnitas.