La Fórmula 1 está de moda en todo el mundo. Pero si hay una región donde se acentúa su seguimiento en la actualidad, esa es Norteamérica. No en vano, tanto Ford Motor Company como General Motors han mostrado bastante interés en la categoría reina del automovilismo con evidentes propósitos comerciales. Algunos anuncios en este sentido podrían hacerse oficiales a lo largo de los próximos días.
De hacerse realidad la entrada de estos dos grandes fabricantes, ambos originales de Estados Unidos, la F1 se convertiría en algo así como en una competición entre marcas cuya principal actividad es construir y vender coches de calle en distintos mercados. A diferencia de lo que sucede hoy, cuando los garajes a pie de pista están ocupados por varias escuderías independientes y poco o nada vinculadas a una firma de automóviles corrientes, no hace tanto tiempo que empresas como BMW, Ferrari, Ford, Honda, Mercedes, Renault y Toyota compartían pista y luchaban por las victorias.
renderAd(,44162);
A finales de 2022, Audi, en representación del Grupo Volkswagen, desveló sus planes de iniciar su andadura en la Fórmula 1 a partir del año 2026. Tan lejos como esta semana, la compañía alemana ha adquirido una participación minoritaria de Sauber, la escudería con la que se asociará para crear su escudería (hasta ahora trabaja con Alfa Romeo). También es sabido que Porsche busca un compañero de viaje en esta competición, sin descartar crear su propio equipo. Probablemente llegue muy pronto a un acuerdo con Williams.
Sin embargo, lo más interesante es que, a pesar de sus orígenes europeos, la Fórmula 1 está ganando peso al otro lado del Atlántico y tanto Ford como General Motors pueden estar cerca de seguir los pasos de las marcas germanas. En el primer caso, se habrían logrado importantes avances en las conversaciones con Red Bull, que actualmente