La presencia de los radares en las carreteras es algo muy común. Controlan la velocidad a la que se circula y captan a los vehículos que superan esos límites de velocidad para hacerles llegar la correspondiente sanción. Están durante todo el año, pero cuando se incrementan los desplazamientos, sobre todo en periodos vacacionales, también lo hace el número de estos dispositivos desplegados. Además, hay varios tipos de radares de tráfico aunque su función es la misma, son ligeramente distintos entre sí.
Otra de las cosas que son muy comunes durante el verano son las obras en la carretera. Estas se realizan en verano para aprovechar mejor las horas de sol. Así que es fácil que tus desplazamientos por carretera te encuentres con más de un tramo de carretera en obras. En estos tramos se limita la velocidad aunque en este caso se trata de una limitación temporal.
La velocidad se limita para proteger tanto a los vehículos que circulan por la vía, porque pueden producirse retenciones y el riesgo se incrementa considerablemente, como a los propios operarios, que están trabajando en la vía y que están sometidos al riesgo de sufrir un accidente grave a causa de su trabajo. De hecho, en el año 2022 se realizó una campaña de control en alguno de estos tramos y se multaron a 3.400 conductores durante la semana en que se aplicó esta campaña.
En el año 2021 se produjeron 150 accidentes en estos tramos, que afectaron a los trabajadores de la vía, que se saldaron con la muerte de dos operarios. Por ese motivo, la DGT ha decidido instalar cabinas con radares fijos o móviles en estos tramos. Su función es evitar estos problemas y que no se produzcan estos accidentes.
Alguno de esos radares no multarán sino que serán informativos. Estos muestran la velocidad a la que se circula y señalizan esa velocidad con diversos emoticonos. Una carita feliz y un mensaje en verde agradece que se circule por debajo del límite de velocidad, mientras que una cara enfadada en rojo aparece si se supera. Aunque no haya sanción, esto ayuda a concienciar sobre el exceso de velocidad en ese tramo con limitación temporal.
Radares veloláser
Estos radares con tecnología veloláser se han convertido en uno de los más populares en las carreteras españolas. Su tecnología permite que sean operados vía WiFi o 4G, así que se pueden controlar a distancia, aunque sean radares móviles. No necesitan de la presencia de un agente junto a ellos y permiten mucha agilidad para ser instalados y controlados en cualquier situación.
Radares de tramo
Este tipo de radares están formados por dos unidades. Se establece un tiempo de recorrido con la velocidad máxima y si el vehículo que recorre este tramo en menos tiempo del estipulado, se considera que se ha superado la velocidad máxima y puede ser motivo de sanción.
Cámaras especiales
Estas cámaras controlan el comportamiento de los coches frente a una señal de Stop. Gracias a estas cámaras, se puede comprobar si el vehículo se detiene frente a la señal, si en lugar de un Stop hace un Ceda el paso o si directamente lo ignora. La cámara envía las imágenes al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde se gestionan las multas. En este caso la sanción es de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet.
Hay otras cámaras similares que controlan la permanencia del carril en el caso de tramos con línea continua. También controlarán las incorporaciones, para evitar situaciones de riesgo y emitir sanciones en el caso de que se incumpla la legislación y se cambie de carril cuando hay línea continua. Esta sanción es de 200 euros, pero no conlleva la retirada de puntos del carnet.
Radares fijos
Estos son los más conocidos y mantienen todas sus características. Detectan la velocidad a la que se circula y envían una fotografía del vehículo infractor al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde se emite la correspondiente sanción.
Pese a las ganas de llegar al destino vacacional, lo mejor es mantener la velocidad dentro de los límites de cada vía y tramo. No solo ganaremos en seguridad, sino que además se evitará llevarse una multa que puede hacer que las vacaciones se conviertan en una pesadilla.