Sí, no me escondo; es hora de reconocer que los que siempre hemos tenido algún Volkswagen Golf en el garaje miramos con bastante recelo la llegada de los SUV de la marca alemana, sobre todo aquel que podía hacer bastante sombra al coche compacto por excelencia. Pero con el tiempo, VW T-Roc se ha hecho un hueco en el mercado y puede presumir sin complejos de ser mucho más que un Golf ‘elevado’. ¿Por qué? Te lo contamos en esta prueba del VW T-Roc Life 1.0 TSI 110 CV, un SUV de un litro para venirse ‘muy arriba’ a un precio contenido y con unas cualidades dinámicas sorprendentes. ¿Un coche para todo?
Hoy día hay en el catálogo de cada fabricante hay casi tanta variedad de modelos y motorizaciones como necesidades diferentes de movilidad. Y esta oferta tan amplia se da especialmente en el segmento de moda, el de los todocaminos, que siguen siendo muy denostados por algunos en las conversaciones de bar («como me gusta conducir, soy más de berlinas y coupés»), pero luego se revelan irremediablemente como los reyes de las ventas… entre otras cosas por culpa de modelos tan completos como este.
De hecho, en un momento en el que muchos vehículos están subiendo tanto de precio y la electrificación también contribuye a este encarecimiento incluso en las versiones de acceso, es fácil desesperarse: lo que te vale a ti para un uso diario, individual y puramente urbano (con etiqueta Eco o Cero emisiones) es probable que no sea lo más adecuado para aventurarse a viajar en familia, con mucha habitabilidad, cierta altura libre al suelo, mucha más autonomía y a un coste razonable. ¡Pero tranquilos!, que la ‘solución’ no siempre pasa por tener un coche para cada cosa, sino que modelos como este VW R-Roc pueden valer casi para todo sin necesitar un mayor parque móvil a tu nombre.
Cualquier T-Roc ya garantiza, a partir de 28.000 euros, unos interesantes estándares de estética, calidad, habitabilidad y amplias posibilidades de personalización en cuanto a motores, configuración mecánica, acabados y equipamiento en general. Y en esta ocasión, hemos elegido una de las opciones más recomendables de la gama, por su inusual equilibrio entre calidad-precio, respuesta, practicidad y diversión al volante: el VW T-Roc 1.0 TSI de 110 CV.
Sobriedad y discreción… con cierta elegancia
Por fuera, resulta mucho más sobrio de lo que en realidad es -especialmente, si es blanco, como esta unidad de pruebas- y eso te permite, para empezar, dejarlo aparcado en cualquier sitio sin que llame excesivamente la atención. Toda una virtud si concibes el vehículo privado como una forma para desplazarte de un lado a otro sin necesidad despertar recelos entre vecinos envidiosos ni amigos de lo ajeno. No obstante, es atractivo, sus formas son armónicas y denotan robustez y cierta elegancia.
Por dentro, desde el principio, el T-Roc es un cinco plazas resultón, racionalmente concebido, con unos asientos cómodos, una ergonomía notable, una disposición adecuada y racional de todos los controles, buenos ajustes, una conectividad propia de un coche moderno (compatible con Apple Car Play y Android Auto), maletero de 445 litros sin tocar asientos (para las versiones 4×4, se reduce a 392 l)…
Cualquier T-Roc, además, trae de serie faros y pilotos de LED, Digital Cockpit en pantalla de 8 pulgadas, detector de fatiga, asistente de mantenimiento de cambio de carril, luces automáticas, sensor de lluvia, climatizador, cambio manual de seis velocidades, llantas de aleación de 16″…
Pero por 2.860 euros más, el acabado Life que ves aquí viene con llantas de 17″, barras longitudinales de techo, hasta 6 altavoces, control de crucero adaptativo, asientos delanteros Confort con tapicería específica, asistente de arranque en pendiente, climatizador electrónico bizona, lunas traseras oscurecidas, sistema de detección de peatones, volante de multifunción de cuero, cámara trasera, Digital Cockpit con pantalla de 10,25″…
Un litro que da para mucho
Por tanto, una vez dado este paso hacia un equipamiento aún más completo, ¿qué motor elegir? Hay que tener en cuenta que esta primera decisión condiciona aquí las prestaciones, pero también el equipamiento, el tren motriz y otros muchos condicionantes, ya que a partir de ahí podrás tomar o no otros caminos en el resultado final.
Hemos optado por el más básico, el gasolina tricilíndrico de 999 cc, de ‘sólo’ 110 CV, ahorrándonos los casi 2.000 euros más que cuesta el 1.5 TSI, de cuatro cilindros, 1.498 cc y 150 CV. Y la verdad es que las sensaciones han sido sorprendentemente positivas, con el cambio manual de 6 velocidades y tracción delantera (la tracción total sólo está disponible en el T-Roc R-Line 2.0 TSI 4Motion 190 CV -desde 46.445 euros-).
Si del párrafo anterior te has quedado dándole vueltas a lo de «tricilíndrico», no te preocupes. Nada más arrancar, te das cuenta de que aquí la ausencia de un cuarto cilindro no repercute en un ruido de funcionamiento desagradable, un aumento de vibraciones ni un consumo elevado. Muy al contrario, la insonorización es un punto a favor de este coche, así como la elasticidad de su mecánica a medida que manejas con destreza una caja de cambios bien ajustada, con desarrollos muy correctos, sexta marcha muy utilizable… El complemento perfecto para sacar el máximo rendimiento a un bloque turboalimentado que da mucho de sí.
En ciudad, aunque no es tan cómodo circular con tráfico dentro y semáforos como con un DSG (no disponible para este motor de un litro), enseguida ves que la aceleración es más que correcta para mover con soltura los 1.301 kg que pesa el conjunto, gracias a una entrega progresiva y entre 2.000 y 3.000 rpm de sus 200 Nm de par máximo. Y con la posición más elevada que cualquier compacto -de los asientos y de la altura libre al suelo de la carrocería-, tienes mejor visibilidad, mayor comodidad para hacer las gestiones propias de todo crossover para el día a día (ir al trabajo, de compras, llevar a los niños de un lado para otro) y cierto margen para aparcar en los típicos descampados que suelen rodear a los hospitales, por ejemplo.
Al salir de la urbe para vías de circunvalación y autopistas y autovías, se puede coger fácilmente velocidad de crucero sin aspavientos ni necesidad alguna de más caballos o selección de modos de conducción -no disponibles aquí- para un rodar tranquilo, sin demasiadas aspiraciones deportivas pero a buen ritmo.
Y en un mundo en el que las llantas de perfiles tan bajos y anchuras tan desmesuradas de neumático son tendencia, hay que decir que sus ruedas Michelin Primacy 4 de 215/55 R17 resultan óptimas para enfrentarse a los badenes, resaltos y bordillos cotidianos; pero también para adentrarse sin reparos por asfalto roto, caminos de zonas sin pavimentar y todo aquello que te puedes encontrar tanto en el centro de la ciudad como en urbanizaciones de las afueras o municipios rurales. En otras palabras, ¡todo lo que te debería permitir un SUV con ciertas cualidades aventureras!
Polivalencia y equilibrio
Es hora de internarse por carreteras de montaña y tratar de explorar los límites de este VW T-Roc 1.0 TSI de 110 CV. Sin que se mareen los acompañantes (que gozan de buena altura respecto al techo incluso en las plazas traseras). En la típica escapada exprés de fin de semana o con el maletero bien lleno y cuatro viajeros más dispuestos a que un coche como este cumpla también en unas vacaciones completas de varios cientos de kilómetros.
Pues bien, el chasis tiene cierto aplomo en prácticamente todas las circunstancias; la dirección resulta confortable y bastante adecuada para curvas de todo tipo, con una sorprendente manejabilidad. Los recorridos de las marchas, de nuevo, dan mucho juego y ayudan a suplir algunos momentos de pendientes elevadas en el que no vendrían mal -cierto- algunos caballos más.
Pero de nuevo, si sabes sacar partido a una palanca de cambios adecuada por longitud, desarrollos y precisión, y con una suspensión firme pero más cómoda que deportiva, la sensación de confort no se pierde prácticamente nunca y tampoco es fácil tener la sensación de quedarse ‘vendido’ por balanceos extraños o pérdidas de potencia en adelantamientos.
Un coche para (casi) todo
La comodidad, la seguridad y la conectividad (ambas, ampliadas por el acabado Life) están realmente bien. Y además, el volante multifunción con botones físicos (no los deslizantes que hay en la consola central y como opción o de serie en algunas versiones del T-Roc y de otros modelos de la marca) mejoran mucho la experiencia al volante y repercuten en una conducción más precisa.
Sin embargo, la satisfacción en este SUV compacto no puede ser completa si los costes se disparan. Y aquí, hay una de cal y una de arena. Por una parte, el precio de este VW T-Roc de gasolina con motor 1.0 TSI de 110 CV caballos no es ninguna ganga, ya que supera por poco la barrera de los 30.000 euros) y se incrementa a nada que cambies el gris sólido de serie por el Blanco Puro de esta unidad (225 euros) o elijas tonos metalizados (en uno o dos colores, de 600 a 1.085 euros más). Por otra, tanto el equipamiento de fábrica como el Life es realmente completo, así que no hay mucha necesidad de ‘inflarlo’.
El coste por kilómetro también es muy positivo frente a otros rivales, puesto que los consumos son realmente contenidos (llegamos a hacerle en ruta por carreteras sinuosas y a plena carga unos 5,9 l/100 km y menos de 7 litros a los 100 en ciudad). De hecho, gasta menos que la versión de cuatro cilindros y 1,5 l de cilindrada, que en teoría debería circular más desahogada.
Una lástima, eso sí, que ninguno de estas dos versiones de gasolina pueda renunciar a la etiqueta C. Y eso condiciona su candidatura a ser «un coche único en la familia y para todo», ya que se verá limitado para circular por aquellas zonas de bajas emisiones (ZBE) más restrictivas de algunos municipios que exijan la pegatina Cero o Eco.
Por lo demás, si esto último no es un problema, el uso que le piensas dar a este vehículo es más interurbano que urbano y el presupuesto te alcanza, con el VW T-Roc 1.0 TSI 110 CV tendrás coche más que de sobra. para (casi) todo. ¡Y hasta es probable que te olvides del Golf!