El uso de baterías domésticas se ha ido extendiendo poco a poco. Hasta no hace mucho, era un dispositivo que no se utilizaba en casa si no se disponía de un sistema de energía solar, compuesto por uno o varios paneles solares. E incluso en este caso, lo más normal era verter la energía no utilizada a la red eléctrica. En este caso, el precio obtenido por esta electricidad no utiizada era muy inferior al de venta, por lo que no es muy rentable.
El uso de las baterías domésticas permite tener siempre un suministro de energía durante los momentos en que no hay suministro por parte de la red eléctrica, como es el caso de un apagón. La batería cumple con su función, como cualquier otra batería, y acumula energía de las distintas fuentes disponibles, para cederla después en caso de necesidad.
Es bastante común encontrarlas asociadas a sistemas de obtención de energía eléctrica solar. Los paneles consiguen electricidad a través del sol, pasa por el inversor y se puede utilizar para el uso diario. Según la producción y el consumo, se puede generar más energía de la que se consume. Una opción, como ya he comentado, es verter ese excedente a la red eléctrica. La otra es acumular la energía en una o varias baterías, para utilizar la energía en momentos en que no se genera energía solar.
Pero también hay otra opción. Y es que se pueden utilizar baterías domésticas para casos de emergencia o, incluso, para ahorrar dinero en el consumo energético, sin necesidad de contar con una instalación de paneles solares. La batería puede cargar energía desde la red eléctrica tradicional.
En este segundo caso, la batería puede comenzar a cargar durante los periodos valle, que son los en los que la electricidad tiene un precio sensiblemente inferior al de las horas punta. Luego, se puede utilizar esa energía durante el día, cuando la electricidad es más cara.
El ahorro dependerá del equipo instalado y la diferencia de precio de la electricidad entre los momentos valle y los precios más caros. De todas maneras, la tecnología de las baterías actuales ha experimentado un avance muy grande. La vida útil de las baterías es superior a los 10 años y su precio también se ha ajustado.
Esto quiere decir que tendrá una vida útil larga, que permitirá amortizar el coste del equipo y la instalación y se obtendrá un ahorro considerable. Muchas de estas baterías necesitan poco mantenimiento o, en algunos casos, ninguno.
Así que sí, el uso de una o varias baterías domésticas puede ser una buena idea. Eso sí, siempre teniendo en cuenta las necesidades reales del inmueble y el equipo que se instale.
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