El Japan Mobility Show que abrirá sus puertas esta misma semana en el país nipón nos está dejando ya un buen número de sorpresas y Toyota es uno de los fabricantes con más protagonismo. El primer prototipo del futuro Land Cruiser eléctrico nos ha dejado con la boca abierta, sin olvidar tampoco la buena pinta que tiene la pickup eléctrica que el fabricante japonés planea lanzar al mercado.
Lo que jamás hubiésemos imaginado, sin embargo, es que Toyota vaya a desvelar en el Salón del Automóvil Japonés un prototipo como el Space Mobility. Un vehículo biplaza pensado para el off-road, pero no en cualquier pista de tierra o barro del planeta, sino mucho más lejana.
Preparado para enfrentarse a lo que haga falta
Según explica el fabricante, el Space Mobility es un vehículo experimental con capacidad de giro en las cuatro ruedas y un motor eléctrico en cada una de ellas. Esto le otorga una movilidad inimaginable para cualquier vehículo convencional y le permite superar prácticamente cualquier tipo de obstáculo que se ponga en su camino. Toyota asegura que es capaz de sobrepasar con soltura rocas de hasta 50 centímetros de altura y puede también afrontar desniveles que quitarían la respiración al conductor más experimentado.
El fabricante japonés afirma que con este prototipo pretende adquirir más experiencia y nuevos conocimientos que podrá aplicar en un futuro en otros vehículos desarrollados, por ejemplo, para realizar desplazamientos en la superficie lunar, como es el caso del Lunar Cruiser.
Creado, como decimos, para moverse en ambientes extraterrestres, el Space Mobility es un vehículo de reducidas dimensiones, ya que debe ser trasladado hasta allí. Su longitud es de solo 3.460 mm, poco más que cualquiera de los populares Kei Cars que abarrotan las ciudades japonesas. Mientras que su anchura es de 2175 mm, por los 1865 mm que tiene de alto.
Aunque no sabemos cuándo podremos ver un vehículo como éste de Toyota en una próxima expedición espacial, ganas de que esto ocurra no nos faltan. El futuro puede ser apasionante, ¿no crees?