En un giro inesperado, Renault ha decidido dejar de lado la idea de lanzar a bolsa su división de coches eléctricos y software que prometía destacar en el mercado, Ampere. ¿La razón? El año pasado le fue muy bien a la compañía, que les aseguró músculo financiero para impulsar futuros desarrollos, con lo cual, desde la marca creen poder evolucionar más y tener mayor agilidad en la fabricación de sus modelos BEV, pero ojo, afectando lo mínimo posible a sus planes estratégicos.
Todo esto surge de la ambición del equipo de Renault, que ha identificado varias metas en su proyecto. Primero, una hoja de ruta que promete reducir el costo de los coches eléctricos hasta en un 40%, pudiendo situar sus precios de manera gradual. Y, mas adelante, lanzar un plan tecnológico que haría sonreír a cualquier geek con soluciones de software e IA como OpenR Link, Reno Avatar, y Software-Defined-Vehicle.
Pero esto no acaba aquí, la compañía asegura, en este año, recibir al Scenic, Renault 5, Renault 4, Twingo y dos ases más bajo la manga. Y la guinda del pastel: Renault Group seguirá siendo el hada madrina, financiando el desarrollo de Ampere hasta que alcance el «breakeven» en 2025. Todos los objetivos anunciados durante el Ampere Capital Market Day continúan igual de firmes que el primer día. Además, no teman, esto no hará que Renault Group cambie su rumbo financiero ni su estrategia de asignación de capital.
El jaque mate a la bolsa: ¿10.000 millones o mejor no jugar?
Renault, con su logo de rombo en alto, aspiraba a alcanzar una cotización de 10.000 millones de euros para Ampere. Pero, ¿qué pasó? Las apuestas iban a la baja, y en lugar de eso, se encontraban rozando los 5.000 millones de euros. A finales del año pasado, ya advirtieron que si la valoración era muy baja, la operación se cancelaría, y bingo, eso es exactamente lo que ocurrió.
Algunos analistas apuntan que el crecimiento del sector se estancará en 2024, es por eso que Renault, la marca francesa, entre leyendo las señales, ha decidido parar la salida a bolsa y hacer la jugada más conservadora.
Ampere, juega con ventaja, y es que tiene un conejillo de indias gracias al que ha elegido no jugarse la misma carta, Polestar. Sus acciones llevan un tiempo estancadas, dependiendo de Geely y Volvo para asegurar su futuro y anunció recientemente la eliminación de 450 puestos de trabajo a nivel mundial. ¿Aprenderá Renault la lección?
Metas futuras de Ampere
Ampere tiene metas ambiciosas, espera vender 300.000 coches eléctricos al año para 2025 y un millón en 2031. La alineación eléctrica de Renault en Europa va a ser digna de un desfile de moda con siete modelos increíbles; Twingo, R5, 4EVer, Mégane, Scénic, un SUV de siete plazas y un SUV «coupé». Ah, y no nos olvidemos de las propuestas de Alpine y Dacia.
Esta rama también trabajará en desarrollos para Mitsubishi, Nissan y probablemente Volkswagen. Aunque se haya bajado del barco de la salida a bolsa, las marcas japonesas mantendrán su apuesta por Ampere. ¿Y Qualcomm? Aún no se sabe pero todo apunta a que seguirán colaborando.
La misión de Ampere es clara: alcanzar la paridad de precios entre coches eléctricos y térmicos antes que sus rivales reduciendo los costos de desarrollo y producción de su próxima generación de modelos en aproximadamente un 40%.