El Audi Q2 lleva ocho años en el mercado. Se lanzó en 2016 y recibió un restyling en 2021, por lo que no sería justo considerarlo un modelo «veterano». De hecho, y aunque la competencia que ha ido surgiendo en estos años cada vez es más fuerte, el Q2 está totalmente al día en cuanto a plataforma, motores, ayudas a la conducción… Si acaso podemos decir que sólo se quedaba atrás en infotainment, algo que Audi ha solucionado con la actualización del Q2 para este mismo año.
También es cierto que si lo pones al lado del Q3, el siguiente modelo en la gama SUV de Audi por tamaño y precio, al Q2 le caen de repente otros cinco años encima. Pero siempre habrá a quien no le importe, o incluso quien prefiera esas líneas más cuadradas y macizas del Q2, que se identifica a la legua como un Audi -esa parrilla Singleframe es inconfundible-, aunque esté lejos del lenguaje de diseño que ahora presentan prácticamente todos los modelos de la marca.
Diseño a un lado, que siempre es algo muy subjetivo, el caso es que Audi Q2 es, y seguirá siendo todavía durante un tiempo, el SUV más asequible de la gama Audi, y con diferencia. Frente al Audi Q3 hablamos de unos 10.000 euros, según versiones, lo que unido a sus buenas cualidades como coche para todo uso hacen que sea una compra interesante. Eso sí, ya te adelanto que no es barato: la versión que hemos probado, el 35 TDI S tronic de 150 CV con acabado S line y tracción quattro se pone en casi 43.500 euros, pero tienes un Q2 30 TFSI de 110 CV por 34.000 euros. Más adelante daremos también una pincelada al resto de la gama.
Pequeño en tamaño, grande en espacio y calidad
Con sus 4,20 metros de longitud, el Q2 siempre ha destacado por un interior muy bien aprovechado en relación al tamaño exterior. La postura al volante es muy similar a la de un turismo, aunque los asientos van situados algo más altos, lo que hace más fácil entrar y salir del habitáculo, algo que buscan muchos usuarios de este tipo de coches. La calidad de acabado es magnífica, lo que justifica en gran medida un precio superior al de sus rivales de marcas generalistas. Y me han gustado mucho los asientos deportivos de esta versión S line.
He podido hacer muchos kilómetros con el Q2 en todo tipo de carreteras, incluyendo un par de viajes largos por autopista, y estos asientos me parecen perfectos por confort y por cómo sujetan el cuerpo, sin que tengas que «recolocarte» continuamente. Sin duda, la excusa perfecta para decantarse por el acabado S line -unos 1.300 euros de sobreprecio respecto a los Advanced-, que además de estos asientos de serie aporta más equipamiento y detalles de diseño -llantas de 18 pulgadas, taloneras, montante trasero en color de contraste- que le dan al Q2 un aspecto más deportivo y sofisticado. Otros aspectos del Q2 que valoro especialmente no solo a la hora de viajar, sino también en el día a día, son los huecos suficientes para dejar objetos, una buena visibilidad en todas las direcciones y un amplio y sólido reposapiés para el pie izquierdo.
Las plazas traseras son más que correctas para que dos personas adultas viajen incluso con cierto confort, aunque siempre digo que este tipo de coches gana mucho en versatilidad con una banqueta desplazable longitudinalmente, que no ofrece el Q2 ni como opción. El maletero, de formas muy regulares y aprovechables -y también con una calidad de acabado en los revestimientos superior a lo habitual en esta categoría- ofrece 405 litros de capacidad en las versiones con tracción delantera, una cifra muy buena… que no lo es tanto en el caso de esta versión quattro, que pierde 50 litros. Bajo el doble fondo, nuestra unidad contaba con una rueda de repuesto emergencia y el subwoofer del magnífico equipo de audio Sonos opcional. La apertura del portón puede ser eléctrica.
Conectividad y multimedia: llega la pantalla táctil
La unidad del Audi Q2 que he probado no es todavía un MY24, que ya vendrán con la actualización del sistema de infotainment. Actualmente todavía quedan unidades sin esta mejora, y puede ser un buen argumento para conseguir un descuento. Para pedidos ya del nuevo modelo, lo que hay que saber es que desaparece la instrumentación digital y todos los Q2 vendrán con el Audi virtual cockpit con pantalla de 12,3 pulgadas, que sí equipa nuestra unidad de pruebas al ser un S line. Me sigue pareciendo una de las mejores de este tipo, sobre todo para los que no quieren renunciar a la posibilidad de seguir consultando la información como si fuesen relojes convencionales, con la posibilidad de cambiar de diseño puntualmente o de dar protagonismo al navegador para no tener que apartar la vista hacia la pantalla mutimedia.
Y aquí llega el segundo cambio importante: se elimina el característico mando giratorio del MMI entre los asientos y se confía el control a la nueva pantalla multimedia, que crece ligeramente hasta las 8,8 pulgadas y pasa a ser táctil, además de incorporar un nuevo software. No cambia el diseño, salvo que en el espacio donde antes estaba el MMI, por detrás de la palanca de cambios, queda un hueco para dejar objetos. En las siguientes imágenes puedes ver la diferencia.
Qué queréis que os diga, particularmente siempre me ha gustado mucho el funcionamiento del MMI con su mando giratorio. Pero hay que reconocer que la nueva pantalla táctil con resolución Full HD es un avance, aunque queda un poco alejada, lo que puede obligar a separar la espalda del respaldo del asiento para manejarla. Lo bueno es que se mantienen los controles físicos convencionales para el manejo del sistema de climatización y una hilera de botones bajo las características salidas redondas de la climatización para el acceso directo a algunas funciones principales, además de mejorarse el sistema de control por voz.
Motor TDI, cambio S tronic y tracción quattro: «devora kilómetros»
Viajar con el Q2 TDI, después de pasar por varios coches eléctricos de forma consecutiva, te hace volver a sentirte «libre»: no hay que programar las paradas para recargar, puedes «pisarle» un poco cuando quieras sin miedo a que la autonomía descienda de golpe y no hay que ir pendiente de la autonomía. Si acaso, de la del AdBlue, pero eso es otra historia. Con los 55 litros de gasóleo que caben en el depósito puedes hacer fácilmente 800 km antes de que se encienda la luz de la reserva, sabiendo en que cinco minutos, en cualquier gasolinera, vuelves a estar listo para otros tantos…
No vamos a descubrir ahora las virtudes de este archiconocido motor 2.0 TDI de 150 CV, y más asociado al cambio de doble embrague S tronic. Va sobrado de prestaciones, ya te adelanto que si no te da el presupuesto, el TDI de 116 CV también te sirve. En el Q2 me ha parecido un poco más «áspero» en su funcionamiento que en otros coches del Grupo Volkswagen, al menos circulando a baja velocidad y en marchas cortas. Pero nada que empañe su buena disposición y agradable empuje, y hasta su capacidad para subir de vueltas sin desfallecer de golpe, dentro de lo que se puede esperar de un diésel.
Los desarrollos son largos pero el motor puede con ellos, y si hiciera falta reducir lo mejor es acelerar y dejar hace al S tronic. El Q2 35 TDI permite adelantar con total seguridad, afrontar puertos incluso a tope de carga… y consume muy poco: raspando los 5 l/100 km en carretera, entre 6,7 y 7 l/100 km en a ritmo de crucero en autopista y raro es que pases de 8,5 l/100 km en ciudad. Si vas a hacer muchos kilómetros al año, este TDI de 150 CV (o incluso el de 116 CV, que cuesta 3.000 euros menos) es la mejor opción. Pero no pierdas de vista el TFSI de gasolina de 150 CV, con prestaciones similares y algo más «fino», aunque más sensible al ritmo de marcha cuando se trata de pasar por el surtidor. Eso sí, son casi 2.000 euros menos de precio de salida. La pena en cualquier caso es que ninguno de los motores del Q2 cuenta con hibridación ligera, por lo que no podrás disponer de la etiqueta ECO.
La conducción del Audi Q2 35 TDI S tronic quattro
¿Y cómo se comporta al volante? Pues de maravilla. En general, salvando el comentado detalle de la rumorosidad mecánica a baja velocidad, el Q2 está muy bien aislado del ruido exterior. Y sobre todo en esta versión S line con suspensión deportiva -en este acabado es una opción sin sobreprecio- se siente muy aplomado, ágil y preciso, casi como si en vez de un SUV estuvieras en un compacto tipo Audi A3.
Puestos a ser quisquillosos, y mira que me gusta cómo quedan las ruedas grandes, lo preferiría con las de serie, con neumáticos 215/50-18, en vez de las llantas opcionales de 19 pulgadas de esta unidad, con unos Brisgestone Potenza S001 235/40-19 que son exagerados para el planteamiento del coche. Con los de serie no perdería mucho en agilidad o precisión, ganaría en confort y algo en consumo e incluso en ruido de rodadura, y también en tranquilidad a la hora de arrimarse uno a los bordillos o circular en carreteras en mal estado. Porque con estas ruedas, y con la altura de la carrocería rebajada de esta suspensión S line, lo mejor es no acercarse a los caminos no asfaltados.
Como decía, he podido probar este Q2 durante un buen montón de kilómetros, muchos de ellos por las carreteras del Norte de España en condiciones de mucha lluvia y asfalto deslizante. Y no niego que saber que cuentas con la tracción quattro, ahí preparada para entrar en acción -ya sabes, sistema de embrague de control electrónico que conecta el eje trasero si detecta pérdidas de adherencia en el delantero- sea un elemento tranquilizador. Pero en los coches de hoy en día, con buenas ayudas electrónicas -y el Q2 las tiene-, si llevas unos buenos neumáticos la tracción total no es tan determinante como hace unos años. Además, con el tracción delantera ahorras dinero -en este caso unos 2.200 euros-, el coche gasta menos -casi medio litro a los cien según cifras oficiales, que no es nada despreciable- y tienes más maletero. Aunque también es justo decir que con la tracción quattro el eje trasero del Q2 es de paralelogramo deformable, más sofisticada y eficaz que el eje torsional de las versiones 4×2, lo cual también tiene su efecto positivo en el comportamiento dinámico.
Por lo demás, también destacaría lo bien que funcionan los asistentes a la conducción, que no son nada intrusivos. Y las luces LED con largas automáticas, que iluminan muy bien y nunca dieron síntomas de deslumbrar al tráfico que circula en sentido contrario. Como del Audi drive select. Al principio siempre «trasteas» con los modos: un poco en Sport, a ver qué tal va Efficiency… Se nota ligeramente la diferencia entre unos y otros, tanto en el tacto del acelerador como en la asistencia de la dirección. Pero si lo pones en automático, o configuras el modo individual a tu gusto, lo pones… y como con las luces, te olvidas.
Audi Q2 2.0 TDI quattro – Galería de imágenes
