Cada vez se han popularizado más las imágenes en redes sociales de accidentes de circulación, infracciones y curiosidades grabadas directamente desde aquellas cámaras que se encuentran integradas en el salpicadero de nuestros vehículos. Es más, cada vez son más los fabricantes, como Tesla, que se aventuran a ofrecer la dashcam de forma totalmente integrada con los sistemas del propio vehículo.
La Dashcam puede ser un perfecto aliado para tus viajes si sabes cómo debes utilizarla. Te contamos todo lo que debes saber acerca de la legalidad y el funcionamiento de las cámaras para el salpicadero.
¿Qué es una dashcam?
Empecemos por el principio, vamos a contarte qué es una dashcam. En esencia, este tipo de cámaras de salpicadero están pensadas por y para grabar lo que está sucediendo en la carretera. En algunos países como Rusia, estas cámaras se han popularizado debido a la problemática que existe con las irregularidades en en los seguros de los vehículos.
La dashcam tiene un funcionamiento bastante sencillo, se ubica en una zona que nos permite visualizar el frontal de la vía en formato Gran Angular, y va realizando grabaciones en bucle, que va borrando periódicamente para liberar espacio en la tarjeta, salvo que deseemos almacenar de forma permanente alguna de estas grabaciones.
No obstante, existen dashcams con multitud de funcionalidades, como puede ser la de realizar grabación de aparcamiento para proteger nuestro vehículo, otras que tienen sensores de movimiento específicos para poder almacenar automáticamente las grabaciones cuando se ha realizado una frenada brusca o hemos tenido un accidente… En fin, una ingente cantidad de opciones, calidades y tipos de cámaras de salpicadero.
Sin embargo, su función última es la de ayudarnos a proteger nuestro vehículo y sobre todo esclarecer los hechos cuando hay algún accidente. No son pocas las situaciones en las que el conductor del vehículo contrario se