Aunque en esta web nos centramos en vehículos terrestres, como coches y motos, seguro que los amantes del motor también les pica la curiosidad para saber más sobre este motor a reacción de aviación, aunque también se han empleado en vehículos terrestres para batir récords de velocidad, o en prototipos disparatados.
El motor a reacción, también conocido como turborreactor, es un tipo de motor de combustión interna que utiliza aire comprimido y combustible para generar empuje y propulsar el vehículo. Es un invento revolucionario que ha transformado el transporte aéreo, permitiendo vuelos a velocidades y altitudes antes inimaginables. En estos casos, el combustible empleado no es diésel y tampoco gasolina, sino que se emplea el queroseno por sus propiedades.
El queroseno, o parafina, es un combustible líquido derivado del petróleo que se utiliza principalmente para alimentar motores a reacción. No se emplean otros combustibles convencionales, ya que el queroseno tiene ventajas como su punto de ignición alto, su estabilidad térmica, el bajo contenido en azufre, y el alto poder calorífico, lo que permite rendimientos elevados.
Partes del motor a reacción
Un motor a reacción consta de unas partes fundamentales que debes conocer antes de continuar viendo más sobre estos motores:
Entrada de aire: el aire es aspirado por la parte frontal del motor a través de una entrada de aire.
Compresor: este aire aspirado es comprimido por un compresor, que consta de una serie de hélices con aspas especialmente diseñadas para ir aumentando su presión y temperatura a medida que viaja hacia la parte más trasera del motor.
Cámara de combustión: el aire comprimido llega a la cámara de combustión, que se mezcla con combustible pulverizado. Esta mezcla se inflama mediante una chispa, generando una gran cantidad de gases calientes a alta presión.
Turbina: los gases calientes de la combustión expanden su volumen a través de una