No, los coches no fuman, beben alcohol, ni son adictos a las tragaperras. Con vicio oculto nos estamos refiriendo a otra cosa que puede darse en los coches de segunda mano, y que deberías estar muy atento para que no te la peguen en la compra y estás arrepintiéndote en el futuro.
Veamos más acerca de estos coches de segunda mano y algunos consejos para detectar y saber qué son estos vicios ocultos… Y es que, a diferencia de un coche nuevo o con garantía, con la compra-venta de coches usados te expones a estos riesgos, y que te llevarán a gastos inesperados, conflictos con el vendedor o incluso problemas legales.
¿Qué es un vicio oculto en un coche de segunda mano?
Un vicio oculto en un coche de segunda mano se define como un defecto grave en el vehículo que no era visible ni detectable durante la inspección previa a la compra. Estos defectos pueden afectar significativamente el funcionamiento, la seguridad o el valor del vehículo.
Por ejemplo:
Problemas graves en el motor o la transmisión: daños internos en el motor, fugas importantes, problemas de sincronización o fallos en la caja de cambios. Podrían ser defectos que no se noten, incluso si pruebas el vehículo. Por ejemplo, hay averías que solo se dan bajo unas determinadas circunstancias de velocidad, o a ciertas temperaturas concretas, etc., y que puedas pensar que el coche está en perfectas condiciones, pero tras la compra, en el uso diario, te des cuenta del problema. Por ejemplo, imagina que el coche presenta problemas de sobrecalentamiento, si no has salido a autovías, no le has exigido suficiente, o durante suficiente tiempo, todo parecerá normal, o tal vez que la batería de un coche eléctrico tiene una autonomía ridícula, pero no lo has podido poner al límite de kilometraje durante la prueba…
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