Aunque en el pasado el acero era el metal más empleado en los coches, con el paso del tiempo se han introducido nuevos materiales más ligeros, como aleaciones y el plástico, que ha sustituido al pesado acero. En cuanto a los coches de alto rendimiento, también se emplea la fibra de carbono, y metales como el aluminio y el titanio.
En este artículo nos centraremos precisamente en estos dos últimos metales, y veremos quién gana la batalla aluminio vs titanio para vehículos.
¿Eran más duros y seguros los coches de antes? ¿Mito o realidad?
Muchas veces se escucha a personas hablar de que ya no se fabrican coches como los de antes, y que antes los chasis y carrocerías eran más duras y resistentes, e incluso que llegaban a ser más seguros, puesto que solían tener vigas de acero de gran tamaño y chapa más gruesa. Y es cierto que los coches antiguos se construían con materiales más robustos, como el acero, lo que les confería una mayor rigidez estructural. Sin embargo, esta rigidez no se traduce necesariamente en una mayor seguridad para los ocupantes en caso de accidente. De hecho, los coches modernos, a pesar de estar fabricados con materiales más ligeros como el aluminio y el plástico, ofrecen una mejor protección en caso de impacto gracias a su diseño enfocado en la absorción de energía.
Así que se trata de un falso mito, como tantos otros. Los coches modernos están diseñados con zonas de deformación programada que absorben la energía del impacto y amortiguan mejor el choque, mientras que una estructura más dura podría hacer que los ocupantes se sometan a fuerzas G superiores y más peligrosas. El motivo es que estas zonas se arrugan de forma controlada durante la colisión, reduciendo la fuerza que llega al habitáculo, actuando como una especie