Cuando la Unión Europea anunció la implantación de fuertes aranceles para parar a las marcas chinas que fabrican vehículos eléctricos sabíamos que la guerra se iba a desatar. El gobierno del país asiático nos va a devolver “el golpe” con creces y lo peor de todo es que sus marcas no sufrirán nada. La prueba de ello la tenemos en que muchas tienen el músculo financiero suficiente para traer parte de su producción a Europa. BYD es un claro ejemplo de ello y atención, cuando fabriquen localmente serán igual de baratos…
La razón para ello es muy sencilla. Preferirán operar con márgenes muy ajustados en el Viejo Continente para hacer lo contrario en mercados que no sean tan contrarios a todos sus coches. Así compensarán sus balances financieros sin incurrir en pérdidas que den al traste con sus planes. De esta forma no extraña que BYD anuncie que va a levantar un nuevo centro técnico en Turquía y que estará operativo más pronto de lo que imagina mucha gente. Toma nota, porque tras esta fábrica llegará otra también en suelo europeo.
La fábrica de Turquía estará operativa en 2025 y con ella crearán hasta 5 mil nuevos puestos de trabajo
Como ya hemos dicho la Unión Europea ha fijado una serie de aranceles a los vehículos eléctricos chinos. En el caso de BYD son del 17,4% (más el 10% que ya paga hoy día) y para evitar tal situación han decidido traer parte de su producción. Pero en Turquía todo iba a ser peor ya que el presidente del país otomano anunció que la “cuenta pendiente” a pagar para los fabricantes asiáticos sería del 40%. Teniendo en cuenta que la marca más potente de China iba a sufrir, los contactos diplomáticos se han dado a gran velocidad…
Hace poco se han dado en Astana,